Publicidad

SACALE UNA FOTO

La diversidad cultural es real en un Mundial en el que se trabaja muy bien

Compartir esta noticia
Nicolás Pereyra
Nicolás Pereyra

Si hay que señalar un acierto de la organización del Mundial de Qatar 2022, es sin lugar a dudas que se juegue en una sola ciudad. Por las calles de Doha conviven diariamente varias culturas, la de los países participantes y la de algunos que no están en la competición.

Me tocó cubrir para El País y Ovación los dos anteriores Mundiales, el de Brasil 2014 y el de Rusia 2018, y esa diferencia es notoria. Créanme que sí.

Las distancias en Rusia eran realmente extenuantes, y en Brasil otro tanto. Los hinchas conviven, salvo excepciones, en una calma absoluta y en un disfrute del juego en el que se cruzan canciones, risas y bromas de todo tipo.

En las calles, en el metro (que funciona a la perfección pese a la cantidad de personas que hay) y en los estadios; a modo de ejemplo, en el partido ante Corea del Sur de nuestra selección, había hinchas de varias selecciones más y todo con absoluta alegría y respeto. Compartiendo las gradas sin problemas y disfrutando de estar presentes en un partido de primer nivel en un Mundial.

También los locales se han adecuado, flexibilizando sus normas, siendo amables y serviciales.

Todos estos aspectos generan que la Copa del Mundo, en estos primeros días, transcurra en total armonía. Si bien algunos hinchas reclaman la venta de alcohol, ante la negativa local no se hacen problema.

En cuanto a la organización del trabajo, es de lo mejor. Como fotógrafo se hace muy sencillo trabajar en Qatar. Las largas filas para obtener los lugares que en los anteriores Mundiales eran una tortura (viví en carne propia cuando tuve que hacer una fila al rayo del sol a las 9:00 para un partido que se iba a disputar a las 21:00, como ocurrió en el Uruguay - Portugal en Sochi) fueron remplazadas por un horario concreto que uno puede confirmar a través de la página web oficial del torneo.

Eso provoca que uno pueda dedicarse solamente a pensar en el trabajo, que es mucho pero se lleva bien. No nos tenemos que preocupar por aspectos relacionados a la logística ya que está todo verdaderamente muy organizado.

La diferencia horaria no es menor. Para lograr cumplir en tiempo y forma trabajamos con nuestro horario y con el de Uruguay, haciendo esto que nuestras jornadas sean eternas, pero disfrutables.

Esperemos que siga igual, con próximos triunfos de Uruguay y haciendo que la estadía sea con más alegría porque, como es natural, el trabajo con la victoria es más divertido para todos.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Nicolás Pereyra

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad