Dejar de ser Mama y ser papá. Esa es la razón por la que Diego Arismendi decidió poner su carrera en pausa, no terminarla, como se dijo en su momento. En julio de 2025 se difundió la noticia de que el tricampeón uruguayo con Nacional colgaba los botines a sus 37 años. Sin embargo, se trató de un teléfono descompuesto, porque el volante dejó Rampla Juniors para dedicarse a la paternidad. En charla con Ovación, explicó que su retiro está sujeto a cómo inicie el 2026, dijo que le gustaría dirigir en Nacional, habló de la crónica de muerte anunciada del Picapiedra y cómo ve la actualidad del club que lo vio crecer.
—El 22 de julio surgió como noticia que te habías retirado del fútbol profesional, sin embargo, esto nunca salió de tu boca.
—Fue una decisión temporal. En el momento que me fui de Rampla la charla la tuve con el presidente, le dije que era una decisión personal, que era porque iba a ser padre y quería tomarme un momento para mí y mi familia, habrán dado por entendido que yo había dicho que no jugaba más, pero en ningún momento dije eso. También soy consciente de la edad que tengo. Ya soy grande, van a pasar cuatro o cinco meses que no juego. Entonces veré el año que viene cómo estoy, si me siento bien, sino ahí sí ya será una decisión concreta.
—Antes de cerrar tu llegada a Rampla ibas a jugar en la “C”, pero decidiste seguir jugando profesionalmente, ¿cómo te sentís físicamente?
—Cada año que pasa a esta edad cuenta, y cuenta mucho. Lo hice con 36 y ahora ya en enero del año que viene cumplo 38... quizá de los 20 o 22 años, no es tanto. A mí me llamó Edgar Martínez y me preguntó si yo estaba con fuerzas de ir. Le dije que emocionalmente sí, pero que no sabía si físicamente. Él me dijo que quería tenerme en el rol de jugador grande y no tanto dentro de la cancha. que si jugaba mejor, pero que tenía claro que venía sin rodaje. Tuve suerte de que al final jugué todo.
—Cuando te fuiste, ¿las cosas estaban tan mal como terminaron? ¿te sorprendió el descenso y las deudas?
—No, ya venía pasando, se venía solucionando haciendo magia, como pasa siempre en el fútbol, ya nos habían dicho que hasta la fecha que yo me fui iban a poder sostener todo haciendo magia, pero que a partir de ese mes ya iba a pasar lo que pasó. Se veía que iba a pasar.
— ¿Había ida y vuelta entre dirigencia y jugadores?
—Sí, porque una cosa es la parte social, que está la gente de Rambla de siempre, pero que no podía hacer nada, y otra cosa fue la SAD, que era la gente que tenía para hacer cosas, y eran quienes tenían que hacer las cosas. Esa gente lo que manifestaba era que la plata no estaba, que no llegaba, que estaban conversando, pero que era muy complicado, y fue lo que terminó pasando. No sé bien en qué términos o cuánto es que se debe, pero ya cuando yo me fui estaba todo más o menos encaminado para que pase lo que terminó pasando.
—En el tiempo que estuviste, ¿percibiste el cariño del hincha de Rampla?
—Es una hinchada súper fiel, va siempre, sin importar resultados. Es un barrio que vive y late por el fútbol, se traspasa en las generaciones. Solo tengo palabras de agradecimiento, porque me trataron súper bien todo el tiempo que estuve y me hicieron sentir súper bien. Deportivamente las cosas no se dieron, pero creo que generé una conexión y un vínculo muy bueno con toda la gente.
—¿Dónde te ves cuando llegue el momento de retirarte?
—Lo más seguro es que sea técnico. Estoy haciendo el curso, y también estoy haciendo cursos de gerente deportivo, pero es más que nada por tener algo extra. Me gusta más la dirección.
—¿Te gustaría empezar por las juveniles de alguno de los equipos en los que estuviste, Nacional, por ejemplo?
-Nacional siempre es el sueño, eso está más que claro. Pero lo que quiero es capacitarme bien para que en algún momento, si me toca, poder hacerlo de la mejor manera posible.
—¿Cómo ves a Nacional hoy en día, en un momento complicado a nivel mediático?
—Claramente cuando los resultados no se dan, lo más visible son los jugadores y las personas más trascendentes. Eso es algo lógico y normal. Creo que Nacional va a estar en la definición del uruguayo.
—Está en camino a ganar la Anual. Los resultados se le han dado a Peirano, pero el tema fueron los clásicos. Y lo terminaron cesando.
—Sí, pero en un cuadro grande los clásicos son todo. Los clásicos y partidos de Copa trascendentes que no se ganan, pesan mucho en un técnico y en un plantel. Y vos podés ser muy bueno, pero eso es lo que la gente quiere, es lo que el hincha vive y siente. Eso es así y va a ser así siempre. Entonces, la única forma para que se salve el año es ganar el Uruguayo. Es muy fácil criticar o cuestionar cuando las cosas no se están dando. Coates juega hace 17 años al fútbol y porque tiene seis meses que capaz no son como jugó siempre, ¿es malo? No. Siempre va a pasar que dirigentes y jugadores, en algún momento, tengan rispideces, como puede pasar que te lleves súper bien, eso es muy personal.
—Conocés bien a Coates porque compartiste con él ¿sentís que sufre esto de ser muy criticado?
—Es imposible que todos los capitanes tengan la misma personalidad. Hay gente que se siente más identificada con una forma de ser que con otra, pero criticarlo o juzgarlo por lo que rinde o hace me parece que es una locura, porque está más que comprobado que es un jugador clase A, de élite. Pero todo esto viene por los resultados, si se hubiesen ganado clásicos o partidos claves no tendríamos esta charla.
—En su momento, cuando estaba Polenta se le criticaba todo; ahora se fue a Polenta, se extraña a Polenta.
—Y es normal porque vos en esos jugadores esperás cosas, ponés ilusión de cosas porque sabés que son lo que te pueden dar más. O te pueden dar ese plus en las instancias críticas.
—¿Crees que las declaraciones de los dirigentes afectan al jugador? Nunca había escuchado a un dirigente decir que un jugador se “pinchó”...
—En lo personal y en el rendimiento creo que no le afecta nada, hace que la relación quede tensa, que nunca es bueno, cuando todos queremos lo mismo, que es que Nacional sea campeón. Son nuevos tiempos, llegó una nueva presidencia que fue electa en base a votación. Hay que aceptar estos términos o plantear que históricamente el club tiene una forma y un camino.
—Si tuvieses que elegir el mejor momento de tu carrera, ¿cuál sería?
—En Uruguay entre 2013 y 2015 con Nacional, por el estado físico, los buenos rendimientos y volver a la selección. En el exterior en el 2010, cuando jugué la en Championship en Barnsley (Inglaterra).
—¿Cómo te ves siendo padre?
—Estoy bastante ansioso, estamos a una semana. Estuve en todo lo que fue el proceso, las ecografías, hicimos prácticamente todo juntos, desde comprar ropa y todo lo que se precisa. Tomarme estos meses para poder estar más presente en la casa, que cuando uno está jugando es más complicado, fue lo mejor que hice.
—¿Te gustaría entrar al parto?
—Sí, si, claro.
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