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Desde Bolso hasta Manya pasando por Sastre: el curioso origen de los apodos de los clubes del fútbol uruguayo

La historia tiene ríos de tinta acerca del surgimiento de los clubes, pero también sobe los sobrenombres que adoptaron los equipos y acerca de esto, te mostamos un repaso de los de 20 instituciones.

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Progreso en el Parque Abraham Paladino.
Progreso en el Parque Abraham Paladino.
Foto: Leonardo Mainé.

Redacción El País
El rico folklore del fútbol también se nutre con los apodos de los clubes, que a menudo los identifican tanto como su nombre o sus colores. Y así se escucha en las tribunas el “Vamos los Tuertos”, “Dale Papal”, “Arriba los Gauchos” y, por supuesto, “¡Vamo’ el Manya!” o “¡Vamo’ el Bolso!”.

En su origen hay de todo, desde alusiones a la fundación del club hasta episodios históricos. Muchos también se identifican con el sitio de nacimiento, como “Los Palermitanos” para Central Español (Barrio Palermo) o “Los de Capurro” para Fénix, así como por los colores: albicelestes, negriazules, violetas. En este repaso se rastrea la razón de otro tipo de sobrenombres, esos que le dan rasgos muy particulares a sus dueños.

Bella Vista

Son los Papales desde su origen porque la camiseta lleva los colores de la bandera de los Estados Pontificios, actual Vaticano. Y no por casualidad: fue sugerencia del padre Marino Guerra (colegio Maturana) a los fundadores del club. El blanco y amarillo representan, en la tradición católica, las llaves del Reino de los Cielos.

Estadio José Nasazzi de Bella Vista
Estadio José Nasazzi de Bella Vista.
Foto: Francisco Flores

Boston River

El apodo “Sastre” nace debido a la admiración que tenían los fundadores del club por el equipo de la “Sastrería Boston”, que además sirvió para darle parte de nombre a la institución. River llegó porque el grupo de jóvenes que fundó el club era acompañado por Juan Deri, un argentino hincha de River Plate.

Cerro

Son los Villeros porque nacieron en la Villa del Cerro, una diferencia que siempre les marcan a sus rivales de Rampla, que surgieron en la rampla (rambla) de la Aduana y luego se mudaron al otro lado de la Bahía.

Hinchada del Club Atlético Cerro
Hinchada del Club Atlético Cerro.
Foto: Archivo/El País

Cerro Largo

Son los Arachanes, como le dicen a todos los nativos de ese departamento, por una tribu que supuestamente habitaba esa zona (en realidad, su existencia autónoma es controvertida por los historiadores y arqueólogos).

Colón

El apodo de este equipo suele ser los de San Martín y Fomento, denominación que obtuvo por los famosos bailes en su sede social ubicada en la intersección de esas calles.

Danubio

La Franja está claro que viene de la banda negra que cruza su camiseta y los de la Curva responde a que la sede del club está donde la Avenida 8 de Octubre hace un giro en Maroñas.

La tribuna de la palmera de Jardines del Hipódromo
La tribuna de la palmera de Jardines del Hipódromo.
Foto: Archivo/El País

Defensor Sporting

Casi desde su origen son los Tuertos. Existen dos versiones. Una deriva del titilar de la luz del faro de Punta Carretas al efectuar su giro. Otra se atribuye a que los hermanos Ghierra, pioneros del club, tenían cierto defecto en la vista. Y los rivales empezaron a llamarlo “el equipo de los tuertos”. Algunas caricaturas conmemorativas unieron las dos versiones, dibujando una farola humanizada con un parche en un ojo.

La Banda Marley de Defensor Sporting
La Banda Marley de Defensor Sporting.
Foto: Archivo/El País

La Luz

Son los Merengues de Aires Puros y como tantos clubes, el apodo hace referencia al barrio pero con la particularidad de que además se le agrega el clásico color de camiseta: el blanco.

Liverpool

Son Los Negros de la Cuchilla, porque el barrio Belvedere creció sobre el lomo de la cuchilla Juan Fernández, una de las últimas ramificaciones de la Cuchilla Grande. Ese relieve era más notorio en 1915, cuando se fundó esta institución.

Hinchas de Liverpool en Belvedere.
Hinchas de Liverpool en Belvedere.
Foto: Estefanía Leal.

Miramar Misiones

Tiene dos apodos y los dos vienen de la época en que era solo Miramar. “Cebritas”, por su camiseta a rayas blanca y negras finas, y “Monitos”, porque son de la zona del zoológico de Villa Dolores.

Nacional

Durante muchos años Albos fue el apodo más popular para el club, porque el equipo vestía una camisa totalmente blanca, salvo el escudo. Más adelante, cuando en la década de 1960, Nacional empezó a utilizar vivos rojos en el cuello y mangas se extendió al tricolores o simplemente “los Trico”. El actual, Bolsos, deriva de “Bolsilludos”. Y esto surgió cuando uno de los fundadores de la institución de La Blanqueada, Ernesto Caprario, propuso colocar una banderita cosida sobre el bolsillo de la camisa. La banderita, más adelante, se convirtió en el escudo de la institución.

Camiseta de Nacional con bolsillo, en honor a su apodo "Bolsilludo"
Camiseta de Nacional con bolsillo, en honor a su apodo "Bolsilludo".
Foto: Juan Manuel Ramos

Plaza Colonia

Si bien todo el uniforme del equipo coloniense es blanco, por las medias que luce la institución se los denomina los Pata Blanca.

Peñarol

Por su origen ferroviario son los carboneros, en referencia al funcionario que alimentaba con carbón la caldera de los trenes. Mirasoles los identifica con la flor amarilla y negra también conocida como girasol, que en una etapa de su crecimiento siempre está de frente al sol. Manyas, en tanto, nació de una controversia familiar. El inmigrante italiano Giuseppe Scarone era fanático de Peñarol. Su hijo Carlos, figura del club, se fue brevemente al fútbol argentino y al volver en 1914 se incorporó a Nacional, supuestamente porque le pagaba mejor (eran tiempos del amateurismo). Cuando su padre se lo reprochó, Carlos le respondió mezclando castellano e italiano: “Quedarme en Peñarol, ¿para comer qué? ¿A mangiare merda?”. En el primer clásico posterior el insulto se repitió. Con los años empezó a utilizarse como grito de guerra de los hinchas.

Banderón del primer centenario de Peñarol en la tribuna Cataldi del Campeón del Siglo
Banderón del primer centenario de Peñarol en la tribuna Cataldi del Campeón del Siglo.
Foto: Estefanía Leal

Progreso

Los Gauchos del Pantanoso une una referencia histórica junto a otra geográfica. Abraham Paladino, patriarca del club, tenía una peluquería a la que concurrían los troperos que se dirigían a La Tablada. La tradición asegura que muchos esperaban su turno jugando al fútbol con sus trajes tradicionales del campo. Como el arroyo Pantanoso estaba bastante cerca, la gente empezó a identificar al equipo con esos gauchos.

Racing

Su tradicional estilo de juego atildado y bastante vistoso al paladar de los amantes del fútbol les valió el apodo de Escuelita o también Academia. Más antiguo es el de Cerveceros, porque su vieja cancha —que estaba ubicada sobre Bulevar Artigas, donde actualmente hay un edificio del Banco de Seguros del Estado— quedaba frente a la popular Cervecería Oriental. Ya no están ni el campo ni la empresa, pero el sobrenombre sigue vivo.

Rampla Juniors

El apodo de Picapiedras incluso tiene fecha: mediados de la década de 1960. Antes se los llamaba los Friyi, por la presencia de frigoríficos en la zona. Pero cuando se decidió reemplazar las tribunas de madera del viejo Parque Nelson por gradas de cemento fue necesario trabajar sobre la piedra de la ladera del Cerro montevideano. Justo por entonces había llegado la serie de dibujos animados Los Picapiedra, que tuvo inmediato éxito, y todo cerró para la nueva denominación del club.

Hinchada de Rampla Juniors
Hinchada de Rampla Juniors.
Foto: Darwin Borrelli

Rentistas

El apodo deriva del color de la camiseta, aunque con una variante simpática: son los Bichos Colorados.

River Plate

Son los darseneros pese a que el club está desde su origen en el Prado, lejos del puerto. El Club Atlético River Plate heredó el apodo del River Plate Football Club, el legendario equipo proletario de principios del Siglo XX fundado en la zona de la Aduana. El club actual surgió de la fusión de Olimpia y Capurro y el nombre River fue un homenaje expreso a aquel otro.

Sud América

Siguen siendo los Buzones pese a que las grandes cajas metálicas que recibían las cartas desaparecieron hace años de las esquinas montevideanas y eran un pintoresco distintivo de la ciudad. La identificación nace porque esas recordadas cajas estaban pintadas de anaranjado, el color de la camiseta de la IASA.

Wanderers

Los Bohemios se llaman así desde su mismo origen, cuando un grupo de futbolistas se separaron del Albion Football Club. Los que se quedaron les advirtieron despectivamente que serían unos “vagabundos”, que no es otra cosa que Wanderers en español. Y de Vagabundos a Bohemios no hay mucho trecho.

Hinchas de Wanderers en el Parque Viera
Hinchas de Wanderers en el Parque Viera.
Foto: Estefanía Leal

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