Redacción El País
Este miércoles tanto Nacional como Peñarol publicaron sentidos mensajes tras la noticia del fallecimiento del exdelantero floridense, a sus 63 años, que enluta al fútbol uruguayo. Campeón de América y del mundo con los tricolores y clave en el segundo Quinquenio de los aurinegros, su llegada al equipo Mirasol es toda una anécdota por haber sido el Plan B a uno de los mejores jugadores de la historia. ¡Cambio! Sale Diego Armando Maradona, entra Juan Carlos De Lima.
El 20 de febrero de 1997, una semana antes del debut por la Libertadores ante Nacional, Peñarol viajó a Paysandú para jugar un amistoso ante Gimnasia y Esgrima de Entre Ríos. Antes del encuentro, Gregorio Pérez fue entrevistado telefónicamente por el periodista argentino Fernando Niembro sobre el tema. Durante la charla se sumó Maradona, quien habló al aire con el entrenador y le contó su satisfacción por el pase a Peñarol. "Profe, voy a estar con ustedes en pocas horas", le dijo.
El Mirasol venció 4 a 0 esa noche. Después, el técnico fue entrevistado por el recordado Raúl Barizzoni, quien le avisó que lo de Maradona se había caído. Las dilatorias del astro, que aspiraba a volver a Boca Juniors, cansaron a los dirigentes, que resolvieron cortar las tratativas.
"¿De Lima? ¿Pero ese muchacho sigue jugando al fútbol…? ¿Sabe el escándalo que se puede armar si decimos que no viene Maradona y que viene De Lima?", le respondió el presidente de Peñarol de aquel entonces, José Pedro Damiani, a Gregorio que había llegado a su despacho con la idea de contratar al delanero uruguayo. Finalmente lo convenció.
Todo ocurrió en menos de 24 horas. Diego Maradona estuvo a punto de llegar a Peñarol, pero el pase se frustró y a la mañana siguiente, el entonces presidente contrató a Juan Carlos De Lima que un rato después fue a Los Aromos a entrenar.
De Lima por Maradona significó un "cambio" muy comentado en aquellos días en que Peñarol iniciaba la última campaña por el Quinquenio. No faltaron las bromas por el abismo de notoriedad entre los protagonistas, aunque De Lima había sido campeón de América y del mundo con Nacional y había tenido una buena campaña luego en Defensor. Algunos lo creían un exjugador.
La posibilidad surgió cuando un contratista le avisó al dirigente Eugenio Restano que Maradona estaba dispuesto a jugar en Uruguay. Restano lo comunicó a la directiva y junto a Juan Pedro Damiani iniciaron las negociaciones.
"El contador Damiani me explicó que la llegada de Maradona iba a ser muy importante para Peñarol, por lo que significaba su fama internacional", recordó en su momento Gregorio Pérez. "Después tuve una charla con el plantel para preguntar qué opinaban ellos, incluso si estaban dispuestos a tolerar algunas consideraciones hacia Maradona. La respuesta fue masiva: estaban de acuerdo porque iba a ser una ayuda para todos. Pablo Bengoechea planteó que no tenía problemas en cederle el capitanato, que pateara los tiros libres o que usara la camiseta 10".
Tras frustarse la llegada del astro argentino, se reavivó una preocupación para Pérez. El entrenador no tenía una alternativa ante una eventual lesión de Luis Romero y pensó en De Lima, que había quedado libre de Defensor. Lo consultó con Pablo Bengoechea y Oscar Aguirregaray, que lo conocían, y le dieron el visto bueno.
¿Qué hubiera pasado si Maradona finalmente arreglaba con Peñarol y De Lima no llegaba a ponerse la aurinegra? Siempre son difíciles los ejercicios de historia contrafactual, pero puede recordarse lo ocurrido con ambos futbolistas aquel año 97.
Maradona se fue a Canadá, a ponerse en forma con el exatleta Ben Johnson, suspendido de por vida por dopaje. Durante una entrevista en Chile sufrió problemas de presión sanguínea y fue internado. En abril volvió a jugar en Boca y en el segundo partido dio positivo en un control. Fue suspendido por la AFA, pero la Justicia congeló esa sanción ya que el jugador había denunciado que lo habían amenazado con colocarle droga en los controles. Regresó a las canchas, pero se lesionó. Reapareció contra River, el 25 de octubre, y fue reemplazado en el entretiempo. El 30 de octubre, día que cumplía 37 años, anunció su retiro del fútbol.
Por su parte, De Lima disputó 16 partidos para Peñarol durante el Uruguayo 1997 y convirtió nueve goles. Se recuerdan en particular tres: el cuarto en el clásico que el aurinegro ganó 4 a 3; el cuarto, sobre la hora, para vencer a Cerro 4 a 3; el tercero de la semifinal clásica, que su equipo perdía 2 a 0 y terminó ganando 3 a 2, para quedar a las puertas del Quinquenio, después conquistado.
¡Cambio! Sale Diego Armando Maradona, entra Juan Carlos De Lima. Contra todo pronóstico, a Peñarol le salió perfecto.