Damián Musto a Ovación: "Este grupo se mata para estar a la altura de lo que significa jugar en Peñarol"

Damián Musto. Foto: Francisco Flores.
Peñarol vs Nacional, 1-0, partido clasico por el Torneo Apertura del Campeonato Uruguayo de Futbol 2022, en el Estadio Campeon del Siglo en Montevideo, ND 20220227, foto Francisco Flores - Archivo El Pais
Francisco Flores/Archivo El Pais

ENTREVISTA

El argentino de 34 años se ganó la titularidad en el equipo de Mauricio Larriera, fue figura frente a Nacional y se ilusiona con lo que se le viene al club.

Tomó la decisión de renovar su contrato con Peñarol y saldar una deuda que ya empezó a pagar: jugar más. Damián Musto se ganó la titularidad en el equipo de Mauricio Larriera en base a temperamento, oficio, esfuerzo, superación y por supuesto, fútbol.

El volante argentino de 34 años fue una de las figuras en el triunfo clásico a Nacional y en entrevista con Ovación habló de cómo se jugó ese partido tan especial pero también de qué lo sedujo para venir al club, cómo vive en Uruguay, el rol con los juveniles, el trago amargo con Valentín Rodríguez y de los objetivos que tiene para esta temporada.

- ¿El clásico era el partido ideal para recuperarse?
- Lo tomamos con mucha tranquilidad porque éramos conscientes de que se venían haciendo las cosas bien y a necesitás el resultado para confirmarlas, pero también para ganar confianza. Y el clásico tuvo un poco de todo eso porque pasaron varias cosas y cada circunstancia que se nos presentó la resolvimos de gran forma demostrando ser un equipo maduro. Lamentablemente no tenemos mucho tiempo para saborear y disfrutar esa victoria porque ya tenemos la cabeza en Danubio, que va a ser otra parada bravísima en la que tenemos que reafirmar todo lo bueno que se hizo el domingo.

- ¿Se sintieron superiores a Nacional en lo anímico?
- Siempre se habla del tema actitud y yo creo que lo jugamos con una concentración extrema. Concentración de darle valor a cada pelota, a cada disputa con el rival, a cada jugada, interpretando los momentos del partido. Supimos sufrir cuando nos tocó sufrir, porque si bien ellos no generaron situaciones claras, el ceder la pelota no es algo que nos caracteriza, pero por momentos la cedimos y lógicamente que después con uno menos sabíamos que se iban a venir y que iban a poner dos 9, pero la concentración que tuvo el equipo y las ganas de ganarlo se notaron. Se percibía esa energía desde adentro, se percibía que cada uno de nosotros estaba compenetrado, metiendo, haciendo el trabajo sucio o jugando. Ojalá podamos sostener esos niveles de atención y concentración que son determinantes para encarar todo lo que se viene porque eso te lleva a ganarle un segundo a la jugada, anticipar un movimiento, leer otra jugada uno o dos segundos antes. Ese es el desafío: sostener la concentración y ganar.

- Te tocó jugar clásicos en varios países, pero ¿qué tiene de especial el de Uruguay?
- Que divide al país y que se vive con una intensidad tal que sabés que le podés modificar la vida o la semana a mucha gente. Me gusta toda la previa, cómo te hacen sentir el partido y cómo se vive en la cancha. Cuando entrás al Campeón del Siglo y ves esas tribunas que explotan es una inyección de energía enorme y sacás las ganas de poder regalarle un triunfo a toda esa gente que hace un gran esfuerzo para estar ahí alentando. Y ganar es una satisfacción porque nos quedamos tranquilos de que hicimos nuestro trabajo y la gente de Peñarol se fue feliz porque la fiesta fue completa.

El festejo de los jugadores de Peñarol. Foto: Juan Manuel Ramos.
El festejo de los jugadores de Peñarol en el clásico. Foto: Juan Manuel Ramos.

- ¿Comparás este clásico con algún otro que jugaste?
- Cada uno tiene su toque distinto. Disfruté mucho el de Rosario Central y Newell’s que es hermoso, divide la ciudad y se empieza a jugar mucho tiempo antes. También el de Inter con Gremio y ahí hay sentimientos parecidos a los de Uruguay y Argentina. Pero ver acá cómo se paraliza el país por esto me genera una sensación única que solo el jugar un partido de esta magnitud te lo puede explicar. Somos privilegiados en poder hacerlo y para eso trabajamos en la semana. Este grupo se mata para estar a la altura de lo que es jugar en Peñarol”.

- ¿Cómo fue ganarte tu lugar en el equipo titular?
- El 2021 fue muy lindo independientemente de que uno siempre quiere jugar pero la realidad era que el equipo consiguió un funcionamiento que demostró partido a partido y sinceramente Jesús (Trindade) y el Mota (Walter Gargano) estaban en un nivel muy alto. Pero yo metía para aprovechar cada minuto y por mi forma de jugar sabía que si lograba continuidad podía demostrar que estaba a la altura de lo que necesita Peñarol. Con la salida de Jesús analicé mi continuidad y si bien tuve algunas ofertas de otros equipos, traté de elegir lo que sentía. Y sentía esa espina clavada de decir ‘bueno somos campeones pero no jugué tanto’. Por eso me quedé, porque quiero demostrar que puedo dar una mano. Prioricé eso y acá estamos”.

- ¿Cómo se dio tu llegada a Peñarol y qué te sedujo?
- Por una llamado de Pablo Bengoechea a Andrés Guglielminpietro. Jugaron juntos en Gimnasia y el Guli está en Proyecta, empresa que me representa. Pablo me manifestó la intención que tenían de que viniera y solucioné mi salida de Huesca. Conocía la historia de Peñarol y me sedujo el hecho de volver a reinsertarme en un equipo grande que pelea cosas importantes y también la posibilidad de estar cerca de mi familia. Acá es todo aprendizaje y disfrute porque cuando empezás a vivir la interna conocés más sobre la historia, a los jugadores que pasaron que los tenemos en los cuadros colgados en Los Aromos y te empiezan a contagiar esa mística que tiene el club. Yo venía de un equipo que está acostumbrado a pelear otras cosas y llegar Peñarol e ir descubriendo todo eso te genera una mentalidad ganadora y gracias a eso pudimos formar un grupo extraordinario que terminó consiguiendo el Uruguayo y que llegó lejos en la Sudamericana. El 2021 fue un año muy lindo. Todos crecimos.

- ¿Qué relación tenés con los juveniles del club?
- Hay un grupo que todavía se está formando y es muy lindo porque es una mezcla de gente grande con muchos chicos del club que empiezan a tener su lugar y a ellos hay que llevarlos de a poco, no hay que apurarlos ni acelerarlos para respetar los procesos y que se vayan sumando e incorporando de a poco. Hay que aconsejarlos, hablarles y que se lo tomen con tranquilidad porque así se va generando la mentalidad ganadora.

Damián Musto. Foto: Juan Manuel Ramos.
Damián Musto en el clásico del domingo en el Campeón del Siglo. Foto: Juan Manuel Ramos.

- Fuiste protagonista de una jugada con muy poca fortuna con Valentín Rodríguez. ¿Cómo lo ves a él ahora?
- Cuando nos enteramos lo que pasó fue un momento de preocupación y de angustia muy grande. Tengo un gran aprecio por Vale y es uno de los chicos con los que más hablo. Después nos quedamos más tranquilos cuando la operación salió bien y ahora lo veo en Los Aromos entrenando. ¡Va a volver hecho un toro! Él y su familia saben que estoy para lo que necesiten.

- De tantos apodos que pusiste, ahora llegó el tuyo. ¿Por qué Chirolita?
- Me lo puso el Mago Aguerre (risas). Es un acupunturista que trabaja con varios en Peñarol y nos ayuda afuera de la cancha. Me bautizó Chirolita y con los chicos nos reímos y la pasamos muy bien con él. No me puedo quejar: le puse apodos a todo el mundo. Es como un ladrón que le roba a otro ladrón (risas).

- ¿Cómo lo ves a Federico Carrizo? ¿Está para jugar?
- Pachi está contento, se encontró con un grupo bárbaro, es un pibe espectacular, es un jugador de mucha calidad que creo nos va a dar muchas cosas en la ofensiva y ya está pronto para jugar.

- ¿Qué te gusta de Uruguay?
- Disfruto mucho estar con mi esposa y con mi familia cuando viene a visitarme, pero me gusta mucho ir a Atlántida. Me lo recomendó Máximo Alonso que vive ahí. Me gusta el silencio, la paz y la tranquilidad que hay ahí.

- Maradona también iba...
- ¿Si? Mirá vos. No sabía. Tengo cosas del Diego entonces (risas).

- ¿Qué objetivos te planteaste para este año?
- Llevar a Peñarol a lo más alto y sumar la mayor cantidad de partidos y minutos posible. Me gusta ayudar desde adentro. No soy de los que se conforman con el simple hecho de estar en un lugar. No me gusta eso. Me gusta estar adentro y que las cosas se definan por las acciones que me tocan determinar a mí. Por eso mi meta es ayudar a Peñarol a llegar a lo más alto en todas las competencias que juegue y poder levantar más copas. Deseo de corazón que lo podamos cumplir.

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