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Christian Callejas, los vaivenes de su carrera, la mala experiencia con su representante y su presente como DT

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Christian Callejas es actualmente el entrenador de la Quinta División de Fénix. FOTO: Francisco Flores.

ENTREVISTA

El exvolante, que jugó en la selección uruguaya en el Mundial Sub 20 de Malasia 1997, dirige a la Quinta División de Fénix y no siente rencor por lo que le pasó antes.

Christian Callejas tiene 44 años, dos hijos y a pesar de que se sabe poco de él, continúa vinculado al fútbol. El exjugador formado en Danubio, con un recordado paso por la selección uruguaya Sub 20 que jugó la final de Malasia en 1997, también disputó 14 partidos con la selección mayor, incluyendo la Copa América de Paraguay en 1999 y la Copa América de Colombia en 2001. A su vez, jugó la Copa de las Confederaciones de Arabia Saudita en 1997 (incluso le hizo un gol a Sudáfrica en el triunfo 4-3) y hasta un partido por las Eliminatorias (contra Bolivia en La Paz, 0-0) camino al Mundial de Corea - Japón 2002 al que la Celeste clasificó tras 12 años sin estar en una Copa del Mundo.

“Hace cinco años me recibí de entrenador, pasé por las formativas de Danubio y ahora hace tres años que estoy en la Quinta División de Fénix. Estamos en ese camino de tratar de sumar experiencia, en el cambio de jugador a entrenador, que no es lo mismo, preparándonos para tratar de mañana poder dirigir en Primera División”, le contó a Ovación Christian Callejas desde su casa de Montevideo.

El exvolante se retiró del fútbol profesional hace 11 años en Durazno Fútbol Club, aunque después jugó en Santa Rosa, en el fútbol del interior. “Estuve casi siempre vinculado al fútbol, porque antes de que me recibiera de entrenador estuve en el baby fútbol de Rentistas, después fui ayudante técnico en la B de Progreso. Por un momento, cuando dejé, invertí en un reparto de cigarros, pero no es lo de uno, te das cuenta que estuviste toda la vida metido en el fútbol y siempre pensando en seguir vinculado a la pelota. No todo el jugador tiene la posibilidad económica de depender de otras cosas, tenés que ir buscándole la vuelta de a poco”, explicó convencido.

Callejas recibiendo la medalla de vicecampeón en el Mundial Sub 20 de Malasia. FOTO: Archivo El País.
Callejas recibiendo la medalla de vicecampeón en el Mundial Sub 20 de Malasia. FOTO: Archivo El País.

Después de debutar en Danubio, Callejas jugó en Fénix, Paysandú, Lugano de Suiza, Racing de Montevideo, Olimpia de Paraguay, Hibernians de Malta, hasta cerrar la carrera en Durazno en 2011. “Después que te retirás es empezar una vida nueva, no solo dependiendo del fútbol. En este caso tampoco me quejo, lo importante es trabajar en lo que yo quiero, en lo que me gusta, es estar vinculado al fútbol, no salir de este ambiente. Gracias a Dios nunca me faltó nada. Yo tuve la suerte de seguir cerca del fútbol, que a otros no les pasa y tienen que salir a buscar otra cosa”, reflexionó.

El actual entrenador comentó que a nivel social hay un cambio. Hoy es nada que ver a lo que uno era cuando tenía 17 años, que son las edades que yo estoy dirigiendo ahora. Lleva mucho tiempo implementar las ideas que uno pretende, hay más desconcentración de los pibes, como que están preocupados por otras cosas, no tanto por el fútbol como era en mi época. Hay muchas distracciones que antes no existían. Trato de luchar con eso y de transmitir experiencias vividas. No es solo agarrar la pelota y jugar, el fútbol ha cambiado, hay más posibilidades de interiorizarse con internet, que nosotros no teníamos esa posibilidad ya que solo entrenábamos cuando íbamos a la cancha. Ahora se entrena en la cancha y en todo el día, con los cuidados personales, el descanso, la alimentación y todo eso”.

Callejas profundizó al señalar que “en mi época la velocidad del fútbol era otra, la parte física también, así como el biotipo del jugador. Ahora el jugador de fútbol es un atleta, y si no vive para esto, no se alimenta y no descansa bien, es bravo llegar”.

¿Qué es lo que busca Callejas en el entrenamiento diario? “Intento darle la mayor dinámica posible, que los pibes se acostumbren a lo dinámico, que no sea tan pausado. Acá el medio es lento, pienso que por eso nos cuesta a nivel internacional tratar de dar un pasito más. En formativas hay que inculcar la velocidad y vértigo en los partidos para después poder ser competitivos a nivel internacional y poder ser un jugador completo, que es lo que se pide en todas las partes del mundo. Hoy el jugador que camina ya no juega, el jugador que trota no juega. Ahora tenés que estar siempre activo y participan todos”.

Callejas junto al profe de Fénix en el entrenamiento en el Cuartel Militar de Burgués. FOTO: F. Flores.
Callejas junto al profe de Fénix en el entrenamiento en el Cuartel Militar de Burgués. FOTO: F. Flores.

Al exjugador de la selección uruguaya le gusta mucho mirar al River de Marcelo Gallardo: “Me encanta lo dinámico que es el fútbol argentino y nosotros estamos al lado. Yo lo jodo al profe y le digo, ‘ché, ustedes no miren para Italia, España; miren acá al lado, que en Argentina vuelan’. También hay un tema de vidriera, de medios deportivos. De Argentina saltás directamente al fútbol de Europa, hay una motivación que es superior”.

Tras su buen pasaje por la juveniles de Uruguay, con rendimientos destacados, a Callejas le costó afianzarse en su carrera. “Mi mejor momento fue en la selección y mis comienzos de Danubio. A veces me pasaba que venía a Danubio y no jugaba, pero me tocaba integrar la selección y andaba bien. La motivación es fundamental. Yo me sentía muy bien físicamente”.

Callejas no tuvo una buena experiencia con su representante, pero es un tema con el que se lo nota algo incómodo y no quiere profundizar demasiado: “Después, yo que sé, pasaron cosas... Factores extra deportivos, pero la verdad, te soy sincero, ya quedó atrás, no quiero ni hablar. No quiero ni abrir la boca... Por abrir la boca se me complicó. Pero ta, es un tema terminado. Antes, de la forma que te defendías era adentro de la cancha, pero ahora no, tengo otra visión de las cosas desde otro lugar. Tampoco soy rencoroso, uno madura y ve las cosas diferente”.

El actual DT añadió que “en su momento, cuando estaba en la selección, yo preguntaba qué pasaba, preguntaba cómo si yo estoy acá no tengo la posibilidad de salir. Yo quería salir, que me saliera el pase. El jugador de fútbol necesita cambios, si no se los das, se achancha, se queda. Yo veía que todos salían y que yo no, ¿viste? Planteé el tema, una contestación mala, otra contestación mala y la cosa no terminó bien, pero no porque uno quiera cosas raras, sino porque fui a plantear lo que me parecía. Y fue pasando el tiempo y para el jugador de fútbol son momentos. Si en tu momento no se hacen las cosas, después viene otro, se preocupan por otro, y está bien, es lo normal”.

Tras dejar ese hecho atrás, Callejas se empezó a mover sin representante, a lo sumo algún empresario le acercaba una posibilidad y él decidía qué hacer. Así llegó a Suiza o a Malta.

Hoy busca crecer en su carrera como técnico y llegar a Primera, sin desesperarse, sabiendo que tiene mucho aún por crecer en este rubro.

La selección mayor de Uruguay en 1999. FOTO: Archivo El País.
La selección mayor de Uruguay en el 2000 con Magallanes como capitán. FOTO: Archivo El País.
EL RECUERDO

La convicción de Diego Alonso

“Con Diego (Alonso) jugamos juntos en la Copa América en 1999. Yo era más chico que él, pero el tipo ya tenía una convicción impresionante. Vos lo tenías que ver la convicción para entrenar que tenía, no era muy técnico, pero el tipo estaba convencido que lo podía lograr. No me sorprendió que Diego fuera designado como entrenador de la selección mayor y tampoco me sorprende el cambio de actitud que ha tenido la selección desde que él es el técnico. Sé que es un tipo así, así fue como siempre tomó su carrera futbolística y creo que también es parte de lo que pasa ahora”, contó Christian Callejas.

“Tengo recuerdo de entrenamientos con él, el tipo definiendo y era un asesino, te gritaba los goles en la práctica, no perdía ninguna posibilidad. Uno se encontró en el fútbol con todas esas cosas, entonces yo al nueve de mi equipo le digo ‘vos tenés que ser un asesino en el área, te queda una chance y la tenés que hacer, porque no hay dos chances en el fútbol’. Vos mirás las ocasiones de gol tras los partidos y ves dos llegadas de uno y tres del otro. Tenés que mandarla a guardar la que te quede y Diego era así. Entrenaba la definición en una práctica, en un picado o en un partido”.

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