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Carlos María Morales: su presente en México, la "felicidad" de no depender de un grande y cómo trabaja con Bielsa

El exatacante uruguayo está al frente del Toluca de México que aspira a conseguir el título de campeón, reflexionó sobre su carrera como jugador y reveló su cuenta pendiente.

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Carlos María Morales en su debut en Toluca.
Carlos María Morales en su debut en Toluca.
Foto: Toluca

Carlos María Morales (53) tuvo mucho éxito como jugador en Toluca, donde jugó 163 partidos, anotó 63 goles y se coronó campeón de la liga mexicana dos veces. Ahora empezó una nueva aventura en el equipo: hace una semana asumió la dirección técnica del equipo tras la salida de Ignacio Ambriz.

“Fue algo inesperado. Estaba dirigiendo en la Sub 20 y me dijeron que me tocaba hacerme cargo del equipo hasta terminar la temporada”, le contó el DT a Ovación.

Tres días después de asumir al frente del equipo debutó con victoria ante San Luis como local (3-1) y el equipo quedó quinto, un lugar perfecto para soñar con el campeonato. “Fue muy importante porque fue mi debut en un equipo donde he hecho las cosas muy bien”, destacó. Anoche, en su segundo encuentro por la 15° fecha cayó ante el Puebla.

Aunque de momento es “técnico interino” es consciente de que está en sus manos continuar cuando termine el campeonato. “Si logramos un buen torneo, llegamos a la final y podemos ser campeones, uno ya sabe que va a seguir. Mi objetivo es dirigir estos partidos, hacerlo bien para convencerlos (a los dirigentes)”, aseguró.

Como entrenador pasó por las filas de River y Miramar Misiones en Uruguay y San Luis, León (en juveniles) y Toluca en México. “Es muy diferente por todo el entorno. A quien es técnico le gusta dirigir donde sea, lo que cambia es lo que encierra cada institución. En México, por ejemplo, tenés un staff de 20 personas que te soluciona todo. El viaje, las canchas, vuelos, comidas, entonces solo estás atento al equipo para jugar. En Uruguay, el técnico tiene que hacer todo”, reflexionó.

Y agregó que “si cada equipo tuviera lo básico para trabajar bien sería distinto. En Uruguay, el técnico tiene que estar pensando en que los jugadores van a trabajar por la tarde o a veces están sin cobrar y sin comer; aquí estas cosas no te pasan”.

Morales tuvo claro que quería ser entrenador antes de retirarse, por eso cuando aún jugaba en México y con 33 años decidió hacer el curso. Para formar su propio estilo, toma lo bueno de los grandes nombres que lo dirigieron: “Le saqué lo mejor a todos los técnicos que tuve, desde que comencé mi carrera hasta los últimos. En el comienzo de mi carrera, tuve a Jesús Rodríguez, Fernando Morena, que fue quien me hizo debutar. En México, entrenadores como Ricardo Lavolpe y otros. Cuando volví a Uruguay, uno que miré mucho fue el Polilla Da Silva, que en el final de mi carrera me enseñó y aprendí muchas cosas que me marcaron”.

Separando pasión de trabajo

En el fútbol uruguayo fue campeón con Defensor Sporting en la temporada 2007/08 y pasó por las filas de River, Danubio y Wanderers, equipos que se consideran clásicos: “Soy hincha y socio de River desde el año 90, pero soy jugador de fútbol. Yo digo que los sentimientos y la pasión no tienen que ver con no jugar en otro equipo”, subrayó.

DEFENSOR CAMPEON TORNEO APERTURA
Carlos María Morales campeón con Defensor Sporting.
Foto: Archivo

Y añadió: “Cuando terminé con River, me llamó Defensor y fui. Cuando terminé en Defensor, me llamó Danubio y cuando arreglé, me llamó Peñarol, pero en ese momento el equipo que me quería era Danubio. Después, en el final de mi carrera, Wanderers me invitó a jugar en su equipo, donde tenía la posibilidad de compartir con mi hijo”, destacó.

Respecto a la experiencia de jugar con Juan Manuel, destacó: “Tuve la fortuna de tener una carrera de más de 22 años, donde tuve la suerte de ser campeón, ir a la selección y conseguir logros importantes, pero en el cierre de mi carrera. La posibilidad de jugar con mi hijo, en lo sentimental, no se compara”.

“Sabía que sería incómodo para él porque lo iban a comparar conmigo, pero lo hablamos y fue una experiencia formidable. Hay padres que jugaron un solo partido, yo tuve la suerte de jugar seis o siete partidos con él y todo el torneo con Wanderers, entonces también son cosas que son inolvidables e incomparables”, remarcó.

De su etapa en la selección uruguaya, con la que disputó la Copa América Colombia 2001 y las Eliminatorias para el Mundial de Corea y Japón 2002, detalló: “Haber estado en la selección fue un orgullo, una cosa que le prometí a mi padre y no me pudo ver porque ya no estaba conmigo. Pero fueron experiencias increíbles. Cuando Maxi (AraÚjo) volvió a Toluca después de esta fecha de Eliminatorias le conté que la última vez que Uruguay le había ganado a Brasil yo estaba en esa selección. Son cosas que viví y es y va a ser el logro más grande que tuve en el fútbol”.

¿Por qué no jugó en los grandes?

Aunque su nombre sonó muchas veces para jugar en Nacional o Peñarol, nunca se concretó: “Las tres o cuatro veces que me quisieron no se dio”, reveló.

DANUBIO VS PEÑAROL
Carlos María Morales en Danubio vs. Peñarol.
Foto: Archivo

“Lo que me llena de felicidad es que mi carrera no dependió de un equipo grande. A veces, escuchás jugadores que están en un equipo y te dicen: ‘no, yo quiero jugar en un grande, porque soy de tal equipo desde chico’. Yo creo que para llegar a un grande hay que mostrar más cosas, no solo ser hincha, porque sino la gente que está en la tribuna podría jugar”, sentenció con énfasis.

Pero admitió que su deuda pendiente es “jugar un clásico”. “Por lo que me han contado los amigos, como Darío Rodríguez o (Álvaro) Recoba, es algo incomparable”.

Y reveló: “Hay una anécdota que me quedó. Un dirigente de Nacional siempre me recuerda que iban a contratarme cuando Peñarol estaba por conseguir el quinquenio, él dice que si yo hubiera llegado no lo hubiesen conseguido. En 1999 o 2000 volvieron a buscarme. En 1993, Juan Ricardo Faccio me quiso llevar a Peñarol y después en el 2007”.

Ser DT de un jugador clave de la era Bielsa

Morales tiene bajo sus órdenes a Maximiliano Araujo, una de las piezas clave en los primeros partidos de Marcelo Bielsa al frente de Uruguay. Sobre el atacante señaló: “Para mí, Maxi no fue sorpresa porque aquí lo veía desde que llegó a Puebla y después a Toluca, y tiene mucho nivel”.

”Lo que hablo mucho con él es que tiene que mantener la humildad y el trabajo en los dos lados, porque si llegás a bajar en uno, puede ser que estás pensando en el otro, entonces el sacrificio de los viajes y todo eso lo tiene que compensar con la ilusión, primero de jugar en la selección y aquí en Toluca”, agregó.

Maximiliano Araújo celebra su gol frente a Cuba.
Maximiliano Araújo celebra su gol frente a Cuba.
Foto: Estefanía Leal.

Además, indicó que trabaja en coordinación con el cuerpo técnico de la selección con quienes mantiene una “comunicación directa”.

“Llevamos la información día a día de los entrenamientos, del trabajo, lo que indican los GPS en las prácticas y nuestros partidos, así como el informe que nos da la selección. Creo que en eso no hay problema, porque Maxi ha estado a la altura física y futbolísticamente en los dos lados”, concluyó.

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