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Al Barcelona, con mil millones de euros de presupuesto, no le alcanza la plata

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Lionel Messi
POOL

CRISIS DEPORTIVA Y ECONÓMICA

Entre la pandemia y malas decisiones deportivas, el club catalán perdió mucho dinero y eso complica su renovación

Los cachetazos recibidos en la Liga y sobre todo en la Champions League convocan a un cambio drástico en Barcelona, que empezó con los despidos del técnico Quique Setién y del director deportivo Eric Abidal y siguió con la contratación del holandés Ronald Koeman como nuevo entrenador. Se asegura que habrá mucho más... En realidad, se hará todo lo que permita la situación económica del club, que pese a contar con el presupuesto más alto para una institución deportiva en el mundo enfrenta serios problemas económicos.

La paradoja se explica por la grave caída de ingresos derivada de la pandemia y por las malas decisiones deportivas en los últimos años, que llevaron al que hasta hace no tanto era el mejor equipo del mundo a quedarse con un plantel reducido, envejecido y enormemente caro, que se lleva casi el 80% de ese presupuesto.

Para colmo, el club catalán se embarcó en un ambicioso proyecto edilicio, el Espai Barça, que demandaría entre 600 y 800 millones de euros, y según algunas estimaciones, dispararía la deuda a 1.000 millones.

¿Qué dicen los números? El año pasado el club aprobó su presupuesto 2019-2020 con una facturación esperada récord de 1.047 millones de euros. En aquel momento, Barcelona todavía era campeón de Liga y aspiraba a obtener la Champions. No pasó inadvertido que los gastos previstos, 671 millones correspondían a salarios, un 79,8% del total. Según un informe del portal Sports Intelligence, el ingreso medio de sus jugadores es de 11,09 millones anuales.

Cuando se presentó ese presupuesto, se esperaba para el fin del ejercicio un beneficio neto de 14 millones, pero no se sabe todavía cual será el peso de la pandemia. Por ejemplo, hubo una reducción significativa (72%) aunque transitoria de los salarios de los futbolistas. Pero el Camp Nou estuvo cerrado todo este tiempo, sin partidos ni visitas turísticas, lo que hizo perder ingresos por más de 100 millones.

En tanto, la deuda neta del club ascendía según las cifras del año pasado a 217 millones.

Para que los números cerraran, incluso antes que asomara el coronavirus, Barcelona se desprendió en los últimos tiempos de varios jugadores por una cifra cercana a los 141 millones. Eso alivió las finanzas pero redujo el plantel disponible, y tuvo su peso en la definición de la Liga y la Champions, pues el técnico Setién tuvo pocas variantes a mano para cambiar el panorama que se estaba poniendo oscuro.

Por supuesto que hace tiempo los dirigentes y el staff técnico del Barça saben que sus principales figuras están por encima de los 30 años, empezando por Lionel Messi. Por eso se inició un proceso de renovación que, sin embargo, no dio resultados.

Según el repaso realizado por la prensa española, desde el triplete obtenido en la temporada 2015-2016 (Liga, Copa del Rey y Champions), se invirtieron más de 1.000 millones de euros por 23 jugadores: Umtiti, Semedo, André Gomez, Arturo Vidal, Dembélé, Lenglet, Arthur, Arda Turan, Aleix Vidal, Paco Alcácer, Paulinho, Digne, Cillessen, Griezmann, De Jong, Malcom, Junior Firpo, Mina, Todibo, Boateng, Braithwaite, Murillo y Neto. De ellos, diez seguían en el plantel este mes de agosto pero solo tres fueron titulares en la parte final de esta temporada: Griezmann, De Jong y Lenglet. Otros fracasaron rotundamente, pese a las fortunas gastadas.

La mayor ironía es el caso de Philippe Coutinho: el brasileño representó la contratación más cara en la historia del Barça, los 120 millones más 40 en “variables” pagados al Liverpool en enero de 2018 para convertirlo en el supuesto heredero de Iniesta, pero nunca rindió. Fue cedido al Bayern Munich por un alquiler de 8,5 millones. Y la semana pasada le hizo dos goles en la trágica derrota por 8-2 en Lisboa. Algunos portales deportivos especulan que ante la imposibilidad de encontrarle un comprador que se acerque a lo pagado en su momento, el brasileño podría tener una segunda oportunidad en la formación culé.

Sin embargo, hay más. Se asegura que si Bayern gana hoy la Champions League, a Liverpool le corresponderán otros 5 millones de parte de Barcelona en virtud de aquellas “variables”. Los dirigentes catalanes consideran que ese extra se debía pagar solo si el Barça era el campeón europeo, pero parece que Liverpool piensa reclamarlo igual.

Otro ejemplo de mala inversión, al menos hasta ahora, es el del francés Osumane Dembelé, por quien se pagaron 105 millones, más 40 en “variables”, al Borussis Dortmund en 2017. Desde entonces ha sufrido ocho lesiones musculares que lo tuvieron más tiempo en la enfermería que en la cancha.

El portugués André Gomes llegó por menos dinero, pero la desilusión también fue grande. Sus grandes actuaciones en su selección y en Valencia hicieron que se pagaran 37 millones en julio de 2016. Nunca conformó. Y el propio jugador llegó a confesar que padecía fobias que le impedían rendir. Al final se fue al Everton por 25 millones.

Mientras tanto, la cantera de La Masía sigue trabajando, pero últimamente no produjo ningún futbolista desnivelante. Tampoco sus promesas tuvieron mucho lugar en el plantel principal.

Casi todos los jugadores actuales serán puestos en el mercado, pero entre la baja general de las cifras de las transferencias y la devaluación de muchos de esos futbolistas, será difícil que sus ventas alcancen a compensar las inversiones necesarias.

Según el presidente Josep María Bartomeu, los intransferibles son Messi, Ter Stegen, Lenglet, De Jong, Semedo, Dembélé y Griezmann. Otros aseguran que la lista es todavía más chica, acaso apenas los cuatro primeros. Todo dependerá de Koeman, cuyas primeras declaraciones al frente del equipo fueron para relativizar algo que había dicho antes: que prefiere un jugador de 22 años antes que uno de 30.

Pero todo cuesta mucho en el ultracompetitivo fútbol europeo. Además del salario y otros beneficios acordados con Koeman, Barcelona deberá pagar a la Federación Holandesa entre cuatro y cinco millones de dólares por la recisión anticipada del contrato del técnico.

Por su parte, el Espai Barça se presenta como un proyecto complicado para el actual momento. La idea de remodelar el Camp Nou, construir un nuevo estadio cerrado (Palau Blaugrana) y otras instalaciones deportivas, más un auditorio, fue aprobado por una amplia mayoría de socios en un referéndum realizado en 2014. En ese momento, se estimó que la inversión necesaria sería de 600 millones de euros, aunque nuevos cálculos elevan la suma a 800 millones.

Estaba previsto para este año o principios del próximo otro referéndum para aprobar la forma de financiación, pero como las elecciones del club fueron adelantadas para marzo de 2021, por estatutos no puede realizarse ninguna consulta en los meses previos a una elección.

Según el expresidente de Barcelona (y probable candidato en las próximas elecciones) Joan Laporta, el club está tramitando un crédito por 800 millones con la banca privada de inversión Goldman Sachs.

“Será un club con mil millones de ingresos, pero con mil millones de gastos y mil millones de deuda. Y eso será muy difícil para el que venga”, declaró el dirigente, según El País de Madrid.

La crisis de su club más famoso tendrá además repercusiones para la economía de toda la ciudad. Según un estudio reciente de la consultora Deloitte, el Barça genera un impacto de 759 millones de euros de PIB, que representa el 1,2% del PIB de la ciudad, pues genera un “efecto tractor” en la economía, el turismo, en el empleo y en la recaudación fiscal de la capital catalana. Por eso, más allá de los resultados de fútbol, toda Barcelona espera una salida a esta situación.

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