La imagen de Alejandro Balbi pensativo, solo y meditando en su propio palco fue lo último que vieron aquellos que se retiraron el sábado del Gran Parque Central por la primera bandeja de la Tribuna José María Delgado.

El presidente de Nacional parecía no dar crédito de lo que había visto en cancha. Su equipo recién terminaba de empatar 1-1 contra Defensor Sporting y él seguía procesando, ya sin la compañía de su hermano Carlos, el desenlace de una noche agria que tenía, mientras tanto, al entrenador Martín Lasarte dando las explicaciones del caso en una incómoda conferencia de prensa.

La situación lo llevó a retirarse en silencio, pasando desapercibido, y sin que ningún periodista radial se percatara de su presencia en el estadio. Recién al día siguiente reapareció públicamente en Los Céspedes para hablar con los jugadores.

“Vine a darle mi apoyo a los jugadores. No quedé conforme con el rendimiento de ayer (por el sábado), como todos, y porque falta poco para el clásico”, declaró al programa Punto Penal (Canal 10).

Foto: Leonardo Mainé.

La disconformidad por el resultado se acentúa en filas tricolores dada la coyuntura actual de Peñarol -que derrotó a Cerro y tiene grandes posibilidades de pasar a las semifinales de la Libertadores- y a que ya es la quinta vez en el año que el equipo tropieza después de encaminar una racha consecutiva de dos victorias, algo que solo pudo extender en tres oportunidades. El período de mayor regularidad lo había tenido entre abril y mayo, con Álvaro Recoba como entrenador, cuando llegó a cinco seguidas.

Ayer, en Los Céspedes, Balbi le comunicó al cuerpo técnico que Nacional hizo un esfuerzo económico para jugar en el Parque Viera el partido del próximo fin de semana como visitante contra Progreso en lugar de hacerlo en el Abraham Paladino. Los tricolores se encargan de los costos del alquiler del estadio, en la previa al clásico contra Peñarol.