"Hubo una persona que me hizo abrir los ojos al decirme que tenía que hacer cambios en mi vida”, confiesa Ayrton Cougo sin mucho preámbulo. Antes de escuchar a esta voz, estaba pasando un mal momento, “con muchas cosas en la cabeza, mucho tiempo libre y sin jugar”, añade el lateral izquierdo de 28 años.
Cuatro meses reales pasaron para que Cougo se volviera a colocar una camiseta de fútbol tras su salida de Boston River (no llegó a acordar renovación), pero el tiempo de la cabeza de cada uno no es el mismo que dicta el calendario. El ritmo interno es difícil de manejar si no se consigue la llave. Muchos no lo logran a tiempo, pero el melense tuvo lo que él llama “suerte”. Suerte de que su familia y sus amigos lo apoyaran. Suerte de tener en su vida y rendirse a una pequeña de cinco años que embobada le grita “¡papá!” a la televisión cuando lo ve.
Recibió algunos llamados antes de sumarse a Progreso, equipo que llegó a un acuerdo con su representante. Pero la condición de Cougo era una sola. “Yo lo único que quería era jugar. Estaba saliendo de un momento bastante complicado en mi vida. Quería volver a sentirme feliz en lo que siempre me sentí bien y me gustó hacer, que es estar en una cancha”, explica el jugador. “No lo dudé en ningún momento”, agrega sobre su arribo al Gaucho del Pantanoso.
Poco importaron las complicaciones de sumarse a un grupo formado que venía trabajando hace varios meses, ni el hecho de tener un nuevo entrenador. Tampoco el estar peleando la permanencia. “El primer día que llegué al vestuario parecía que me conocían de toda la vida, a veces es complicado entrar en un plantel armado y entrar así y que te reciban tan bien... Creo que habla mucho de mí como persona”.
Ya lo dijo él, solo quería jugar. Y lo hizo, porque en el partido ante Liverpool, por la fecha 13 del Torneo Apertura, el lateral izquierdo ingresó a los 73 minutos, en lugar de Facundo Silvera. Pese a que el final del encuentro fue favorable para el negriazul (2-0), también ganó Cougo, porque volvió a sentirse él y a “formar parte de”. Pero no solo eso, sino que retomó algo que la intrusa depresión quita: poder valorar las pequeñas cosas de la vida.
“En este momento lo único que estoy haciendo es volver a disfrutar de ir a entrenar, de compartir un vestuario, un mate con un compañero, de hablar de la vida. El ser parte también ayuda un montón. El plantel me lo hizo saber desde el primer momento”, expresa.

Antes de hacer su estreno, fue a ver a su equipo jugar en el Franzini, la que supo ser su casa. Ahí se formó y jugó hasta 2019. Sin embargo, la alegría de volver a formar parte de un club estuvo por encima de cualquier sensación agridulce de estar enfrentando al Tuerto. “Fue una sensación de felicidad de estar formando parte de un grupo y que a ese grupo le haya ido tan bien (ganó 2-1). Era lo único que estaba pensando en ese momento”.
En el complejo se encontró con algún viejo conocido, entre ellos Pablo López, con quien compartió en Defensor Sporting, y un compatriota de Melo, Nicolás Olivera.
“Ahora se vienen fechas bravas porque jugamos con la gente que está arriba. Pero nos veo muy bien. Con Defensor el grupo dejó demostrado que hay un gran plantel y que va a intentar de todas las formas ganar los partidos. Así que muy tranquilo y confiando en el trabajo que estamos haciendo”, dice Cougo, que viste ahora su quinta camiseta del fútbol uruguayo tras su paso por Nacional, Defensor Sporting, Boston River y Liverpool.
Nacional tiene un equipo para "lograr cosas buenas"
“Voy a ser muy sincero, no he mirado mucho el fútbol”, expresa Cougo al ser consultado por cómo ve a Nacional en la Copa Libertadores tras el empate 3-3 ante Inter de Porto Alegre. “El otro día miré el primer tiempo nada más y lo vi muy bien”, añade. “Creo que es un equipo que va a lograr cosas buenas. Tiene un gran plantel como mostró en Brasil, porque la verdad que jugar contra un rival de ese poderío como el Inter, es complicado”, señala quien ganó el Torneo Intermedio y Campeonato Uruguayo en 2020 con Nacional. Ese año jugó 30 partidos y convirtió dos goles.
“Liverpool es palabra mayor”
“Capaz que no fue tan largo mi pasaje, pero también te genera un poco de cariño por la identidad del equipo que estás”, contesta a qué le generó jugar y debutar en Progreso ante uno de sus exclubes, cuya camiseta defendió en 2022. “Sin duda es un rival duro. Hoy en día en el fútbol uruguayo hablar de Liverpool es palabra mayor porque es un gran equipo”, afirma el lateral que tiene claro quién es el líder: “Por algo también está puntero, ha salido campeón, ha hecho buenas campañas anteriormente. Creo que lleva una línea muy buena de un proceso largo que vienen haciendo”.
En cuanto a las veces que se calzó camisetas extranjeras, jugó en Sarmiento de Junín en Argentina, Avaí FC en Brasil y Libertad en Paraguay.

Más allá de lo mental, físicamente dice estar muy bien. Claro que extraña el ritmo de competencia, pero luego de este mes y medio complicado, se mantuvo entrenando. “Tengo que agradecer a Nico Barán y a Martín Martins, que fueron mis profes, tanto en Melo como en Montevideo, que me ayudaron en ese proceso, también en ocupar la cabeza entrenando. No la estaba pasando bien y me pude dar cuenta que necesitaba buscar ayuda, que necesitaba hacer muchos cambios en mi vida, de los cuales me ocupé de hacer, gracias a la terapia también”.
Combina la estética con el fútbol y estudia diseño
Entre las cosas que siempre han destacado a Ayrton Cougo se encuentra el estilo. Ya sea por sus llamativos cortes de pelo, sus tatuajes o su forma de vestir. Quizá sea uno de los pioneros en cuanto a combinar el fútbol con lo estético. Aunque en su caso no es todo flashes, también estudia. “Empecé un curso de diseño gráfico. Me gusta mucho lo que es marketing, las fotos y todo lo relacionado, así que estoy adquiriendo nuevos conocimientos. Lo que más me gusta es el tema de la ropa y el estilo. Si en algún momento tuviera la oportunidad me encantaría meterme en eso”, asegura el jugador, que aunque no se ve liderando la creación de una marca, asegura que “participaría seguro”.
terapia lo cambió. Si bien había tratado con psicólogos antes, siempre fue desde una perspectiva futbolística. “Para mí es más un tema del hombre, de pensar ‘para qué voy a la terapia si yo estoy bien’”, sostiene Ayrton, que tras el clic supo que no había vuelta atrás: “Cuando me di cuenta de que no estaba bien decidí dejarme ayudar, porque solo no iba a poder. Por suerte tengo mucha gente que me quiere, que me apoya, que está conmigo constantemente, sea llamándome o preguntándome cómo estoy, y me acompaña en todo momento. Eso también fue muy importante para poder darme cuenta de todas las cosas que estaba haciendo mal”.
Terapia y tinta: “Todo llega, todo pasa”
Escuchó a esa única voz y se siente una “persona totalmente nueva”. “Estoy enfocado en lo que quiero, en mis objetivos, en mi vida, en mantener lo que siempre vine haciendo y lo que siempre me gustó, que es el fútbol”, reflexiona Ayrton, que a esta nueva filosofía le agrega tinta. No sabe cuántos tatuajes tiene, pero el último se lo hizo hace un mes: “Todo llega, todo pasa”. Ya dejó claro para llegar a eso hay que dejarse ayudar.
“Yo pude salir, soy una nueva persona. Pero estoy haciendo terapia todas las semanas”, confiesa Cougo y se convierte en vocero de sus colegas en un tema que apremia, la salud mental: “Es complicado porque la gente muchas veces piensa que la vida del jugador se trata solo de estar en la cancha, solo enfocado en el fútbol, y no conoce todo el resto, que a veces es lo más complicado. Y uno trata de no transmitirlo dentro de la cancha, pero muchas veces se nota”.
El 19 de Progreso ya empezó y está mucho mejor. “Que tu hija te note distinto te llena el corazón. Vamos por buen camino”, concluye.

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