DE CUARENTENA

"Estoy bastante aburrido, sí. Lo que más me cuesta es no poder ir a visitar a mis abuelos”, reconoció Cristian Olivera, el delantero de Rentistas. Sin embargo, el joven de 17 años se toma muy en serio el entrenamiento y lo cumple en tres horarios junto a sus hermanos en el fondo de su casa de General Flores.

“No aguanto más”, dijo un poco en broma el negriazul Emiliano Alfaro, quien ayer se tomó el domingo libre, el único día de la semana sin entrenamiento. “No me quejo tengo espacio para entrenar y lo mismo para jugar con mis hijos. Los compañeros que están en un apartamento la tienen más complicada”, agregó el olimareño que vive en La Tahona. “También ayudo en casa aunque no me gusta cocinar, pero lavo los platos. Lo peor de todo esto es la incertidumbre”, finalizó el delantero.

Nadie está libre por estos días de sufrir la cuarentena, pero para los futbolistas acostumbrados a realizar un gran gasto de energía a diario en los entrenamientos y habituados a trabajar en grupo, resulta aún más complicado. Sobre todo porque deben entrenarse en solitario y sin un objetivo cercano. Ya no esperan el partido del fin de semana ni saben con certeza cuándo volverán a jugar un partido.

Psicólogos deportivos, técnicos y preparadores físicos son los que intentan combatir las ansiedades del encierro. Ya sea con llamados a diario; ejercicios para realizar o charlas colectivas mediante alguna aplicación tecnológica.

Pablo Ferreira es el psicólogo de Rentistas, el equipo que tras ganar los tres partidos lideraba el torneo al momento en que dejó de disputarse. Si bien el profesional trabajaba con el técnico Alejandro Capuccio desde que dirigía a las juveniles de Wanderers, fue este año en que se incorporó en forma oficial al cuerpo técnico de los “Bichos Colorados”.

Pablo es quien está en contacto con los futbolistas, más allá de las llamadas diarias del preparador físico. “Intentamos controlar la ansiedad, les explicamos que al igual que el virus se propagan los estados anímicos. Y que intenten no pensar en aspectos negativos que se puedan contagiar al resto por mensajes o compartiendo información irrelevante. Hoy el rival que tenemos es el virus”, explicó el psicólogo quien contó a su vez que Capuccio le envía a los futbolistas por Whatsapp algunos desafíos tácticos que deben trabajar poniendo en juego determinadas estrategias.

No todos los equipos cuentan con un psicólogo. Tal es el caso de Fénix. En el equipo de Capurro es el profesor Antonio Tchadkijian y el propio Carrasco quienes se ocupan.

El “profe” tiene claro que la realidad de sus jugadores es diferente. Algunos tienen donde entrenarse y otros no, por eso mandó trabajos para hacer adentro y afuera. “La primera semana les mandé trabajos bastante rígidos, la segunda un poco menos y la tercera dejé que eligieran lo que ellos consideraban para sacarles la presión. Más al no tener objetivos cercanos”, explicó Tchadkijian, quien esta semana espera comenzar a utilizar las aplicaciones existentes para realizar conferencia con los jugadores. “No quiero atosigarlos, hay cosas que no se logran por teléfono, hay que estar cara a cara mirándose a los ojos. Yo sé como es la cabeza del jugador y no se puede perder fuerza para cuando haya que enfrentarlos de verdad para sacar lo mejor de cada uno”, agregó Tchadkijian quien le pasa los trabajos a Juan Álvez y el defensa a sus compañeros.

“Apartamento, hijos chicos y encierro no es una buena combinación”, afirmó Román Cuello, el técnico de Liverpool. Es que la pandemia agarró a los de la Cuchilla en pleno cambio del departamento de Psicología y por eso es él y sus compañeros los que se comunican con los futbolistas. “Nos dividimos, somos unos cuantos en el cuerpo técnico. Hay que ser respetuoso de lo que está pasando y sintiendo cada uno. Tenemos una relación estrecha y nos cuentan cómo están. Intentamos ayudarlos en forma individual según las necesidades de cada uno. Algunos precisan una llamada diaria y otros en cambio quieren alguna herramienta para entrenar mejor”, explicó el entrenador del conjunto negriazul.

Defensor Sporting tiene dos psicólogos: Nicolás Palatnik, quien trabaja con Primera y Tercera División y Juan Lozano que lo hace con las juveniles. “Todas mis acciones son a través del cuerpo técnico pero ya he llevado a cabo charlas privadas con los jugadores. Y pensamos que esta semana va a ser más necesario porque comenzará a apretar más el encierro”, dijo quien trabaja con fútbol desde 2003.

“Les insistimos en la necesidad de mantener una rutina de trabajo porque están acostumbrados a un gasto muy alto de energía. También por una razón de equilibrio en la salud mental en este período tan particular”, agregó Nicolás. “El fútbol es una actividad netamente social y están acostumbrados a entrenar en grupo. Se requiere una gran disciplina y un esfuerzo adicional de mentalización muy especial. Especial pero indispensable”, finalizó el profesional violeta.