Redacción El País
Chile y Bolivia protagonizaron en Santiago un primer tiempo que tuvo de todo y mucho más que tres goles en el encuentro que los enfrentó por Elimnatorias Sudamericanas. Ante el nerviosismo de la Roja, la Verde encontró la apertura del marcador y el empate transitorio llegó por una discutible actitud de Eduardo Vargas.

La selección boliviana llegaba entonada luego de golear a Venezuela en El Alto en la última fecha y siguió con su buena racha en suelo chileno. Los dirigidos por Ricardo Gareca comenzaron el partido con mucho nerviosismo y los de Óscar Villegas rompieron el cero con un contragolpe que culminó Carmelo Algañaraz. Chile fue en busca del empate con más ganas que fútbol y todo valía para los trasandinos en pos de lograr el empate: hasta la lesión de un rival.

A los 39 minutos Bolivia tuvo un tiro libre a favor en su mitad de cancha, todo el equipo estaba en terreno chileno y la pelota fue jugada atrás para el arquero Carlos Lampe. Apenas recepcionó la pelota con pierna derecha, el arquero sufrió una dolencia en su pierna izquierda, cayó al piso pidiendo asistencia y Vargas, delantero chileno que había ido a presionarlo, se llevó la pelota solo y sin marca hasta el arco y convirtió el empate.

La actitud del futbolista de Atlético Mineiro fue repudiada por los jugadores bolivianos pero Vargas hizo caso omiso y hasta festejó el tanto formando un corazón con sus manos.

En todos los minutos que Lampe tardó en salir de la cancha en camilla para dejar su lugar a Guillermo Viscarra, Chile no cambió de opinión y decidió que el gol del empate había sido totalmente lícito y no era oportuno convertirse un tanto en contra por haber aprovechado la lesión de un rival.

Se añadieron ocho minutos de descuento y Bolivia, entonada, salió a buscar el empate y lo consiguió en buena ley. Apenas movieron de la mitad de la cancha, la Verde sorteó bien la presión del equipo chileno y, en un movimiento parecido al del primer gol, recuperó la ventaja.