Agustín Rodríguez: la “sorpresa de los médicos” por la lesión en el cráneo en un partido y el mensaje de Ruglio

Fue en el encuentro entre Uruguay Montevideo y Cerrito; el volante chocó su cabeza con la de un compañero auriverde y la situación que vivió con su hijo para darse cuenta de la gravedad del asunto.

Agustín Rodríguez con los puntos de sutura tras la operación.
Agustín Rodríguez con los puntos de sutura tras la operación.
Foto: Leonardo Mainé.

Pelotazo largo. La peinó el delantero de Uruguay Montevideo, la pelota estaba en el aire y, en ese momento, se dio un duro choque de cabezas entre dos futbolistas de Cerrito: Mateo Vista y Agustín Rodríguez. Terminaron en el suelo, pero Rodríguez se llevó lo peor.

Eso se apreció con las caras de asombro y preocupación de los jugadores, árbitros y médicos que vieron al volante. Las imágenes de la transmisión del partido del sábado 12 de julio en el Parque Palermo mostraron que Rodríguez tenía hundida parte de la frente.

El jugador, en tanto, pensó que había sido algo menor. “En mi mente me imaginé que había sufrido un corte. Tal vez un poco grande”, le confesó a Ovación.

“Tras el impacto, sentí dolor y como que tenía la mandíbula trancada por lo que me apreté. Después recuerdo que quise levantar la cabeza y ahí sentí como un calorcito en la cara. Entonces pensé: ‘Me corté’. Pero al moverme mis compañeros y los futbolistas de Uruguay Montevideo me dijeron que me quedara quieto”, rememoró.

Sacó la conclusión de que le había pasado algo al ver la reacción de sus colegas. “Vi que todos los jugadores, los de Cerrito y de Uruguay Montevideo, se agarraban la cabeza y ahí confirmé de que me había cortado”, explayó.

Rodríguez sabía que le había pasado algo. No tenía idea de que había sufrido un desplazamiento de parte del cráneo.

La reacción de su hijo

Rodríguez está en pareja y a la espera de su segundo hijo. El primero, Faustino, casi nunca lo acompaña a la cancha, pero el sábado 12 de julio se levantó temprano y le dijo lo siguiente: “Papá, hoy te quiero ver jugar”.

Sus padres siempre van a verlo a todas las canchas donde le toque jugar. Y esa vez fueron su pareja e hijo.

Tras el choque de cabeza con Vista, la familia de Rodríguez no se dio cuenta de la gravedad del asunto. Intuían algo porque el futbolista surgido de Racing salió en camilla de la cancha para esperar una ambulancia en la Plaza Jefferson, al lado del Parque Palermo.

Rodríguez no sabía lo que le había pasado. Él creía que tenía un corte. Nadie le contó cómo lucía para no preocuparlo por demás. Tomó conocimiento de la importancia de la lesión cuando Faustino lo vio en la plaza.

“Estaba tranquilo, pero cuando escuché llorar a mí hijo, me salió el instinto de padre de decirle que estaba bien, pero no me aguanté y me puse a llorar”, recordó.

Los médicos quedaron incrédulos con la lesión de Agustín Rodríguez

Agustín Rodríguez, jugador de Cerrito.
Agustín Rodríguez, jugador de Cerrito.
Foto: Leonardo Mainé.

Se subió a la ambulancia y fue rumbo a la emergencia para que lo atendieran. Llegó y lo recibieron los médicos que quedaron asombrados con su caso. “Me decían que no podían creer que mi lesión hubiese sido por un choque de cabezas”, manifestó.

En principio, y tras los estudios que arrojaron algunos huesos rotos, los profesionales imaginaron que el detonante de ese golpe “debió ser un accidente de tránsito”, ejemplificó el jugador.

Hubo un hecho que los ayudó a descartar esa posibilidad. “Me dijeron que si no hubiese estado con ropa de futbolista, ellos habrían pensado que la lesión fue por un accidente en moto; estaban sorprendidos por el grado de mi lesión y de que se haya hecho por un choque de cabezas”, sostuvo.

La tomografía arrojó el grado de la lesión y que debía esperar siete días para operarlo porque tenía que bajar la inflamación de la zona afectada.

Durante esos días, el celular de Rodríguez explotó. Llamadas y mensajes de compañeros, integrantes del cuerpo técnico y dirigentes de Cerrito que se pusieron a su disposición para lo que necesitara.

También de otros clubes del fútbol uruguayo y uno en particular le llamó la atención: el de Ignacio Ruglio, presidente de Peñarol. “La verdad que me sorprendió lo de Ruglio y me dijo que estaba a disposición de lo que necesitara”, contó.

Una operación que iba a durar una hora y media y al final fue de tres

El pasado sábado Rodríguez se sometió a la intervención quirúrgica. Estaba estipulada para que durara, como mucho, “una hora y media aunque al final fue de tres”. Los motivos fueron que “habían partes del hueso fracturado o roto que se acomodaron de nuevo y que no habían visto en la tomografía”, enfatizó.

“Me iban a poner una chapa, pero al final el doctor colocó una malla que es biodegradable. Porque el hueso la empieza a absorber y eso ayuda a que la rehabilitación sea más rápida”, afirmó.

Ya pasó ese susto y ahora Rodríguez se enfoca en una sola cosa: poder volver a las canchas con Cerrito. Espera con que sea a fines de agosto o principio de setiembre para la recta final de la B.

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