Y Horner nominó su dream team

Christian Horner no dudó al revelar su equipo soñado: Max Verstappen y Sebastian Vettel. “Es una respuesta obvia”, dijo, y no le falta razón. Juntos suman ocho títulos mundiales y representan las dos eras más exitosas en la historia de Red Bull Racing.

Más allá de los números, su elección refleja una filosofía clara: apostar por el talento propio y forjar campeones desde dentro. Lejos de mirar fuera, Horner se mantiene fiel al ADN del equipo.

Añadir a Daniel Ricciardo como piloto reserva y a David Coulthard como embajador es una muestra de esa cultura de continuidad, lealtad y gratitud que distingue a la escudería. No es solo una alineación de estrellas, sino un símbolo del carácter y la cohesión que han convertido a Red Bull en un referente de la F1 moderna.

En medio de rumores que lo vinculan a Ferrari, Horner despeja dudas: “Mi corazón y mi alma están con este equipo”. Y no es para menos, él ha sido uno de los arquitectos del éxito de Red Bull, y su compromiso es parte fundamental de ese legado. Con su “dream team”, no solo celebra el pasado: reafirma una visión ganadora que sigue marcando el presente y proyectándose al futuro.

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