El techo invisible de F1 Academy

La F1 Academy nació como una iniciativa ambiciosa para impulsar el talento femenino en un deporte que durante décadas ha cerrado sus puertas a las mujeres. Con recursos, profesionalismo y visibilidad, parecía el primer gran paso hacia una mayor inclusión en la elite del automovilismo.

Pero por ahora, no es más que eso: un paso. Su condición de serie inferior a la F2 y F3 limita su capacidad real de catapultar carreras hacia la cima. El caso de Abbi Pulling lo deja en evidencia. Campeona dominante de la última temporada, respaldada por Alpine y siempre en el podio, parecía lista para escalar hacia un rol más cercano a la F1.

Sin embargo, tras no renovar con Alpine, terminó en la F3 Británica, lejos del radar principal del automovilismo internacional. Sus 10 puntos de superlicencia, un incentivo clave, podrían expirar antes de que tenga otra oportunidad. La F1 Academy tiene potencial, pero para convertirse en un camino efectivo hacia la Fórmula 1, debe asegurar plazas en F3 y F2 para sus mejores pilotos.

De lo contrario, seguirá siendo solo una plataforma atractiva, pero desconectada del verdadero epicentro del automovilismo mundial.

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