A dos cuadras de la histórica sede central del Colegio Elbio Fernández, en pleno centro de Montevideo, se levanta el nuevo polideportivo de la institución, un espacio que transformará la vida escolar, deportiva y comunitaria del entorno.
Con 5.800 metros cuadrados construidos, tres canchas con pisos de última generación y con medidas reglamentarias para voleibol, básquetbol, handball, futsal y fútbol 5 —donde además se podrá practicar también deportes como hockey —, gimnasios y áreas sociales y de recreación, el complejo permitirá centralizar todas las actividades deportivas del colegio y ofrecer, además, un punto de encuentro para exalumnos, familias y vecinos.
“Era una necesidad que los padres nos venían remarcando desde hace tiempo”, explicó Enrique González, presidente de la Sociedad de Amigos de la Educación Popular (SAEP), la organización que gestiona el colegio. “Con el crecimiento de las actividades deportivas y de la población estudiantil, necesitábamos ofrecer un espacio propio, cómodo y seguro, que además está a solo dos cuadras de la sede central”.
Hasta ahora, muchos de los deportes que se practican en el Elbio se desarrollaban en distintos puntos de la ciudad, lo que implicaba traslados y dificultades de coordinación. El nuevo polideportivo permitirá concentrar la actividad en un mismo lugar y facilitar la logística de estudiantes y familias.
“El deporte, para nosotros, es parte integral de la formación: enseña respeto, solidaridad, trabajo en equipo, sobre todo eso, el trabajo en equipo, que es una de las claves de los programas internacionales que tiene el Elbio”, resaltó.
Diseño y patrimonio
El predio elegido, que se extiende entre las calles Maldonado, Durazno y Carlos Quijano, tiene una historia particular. Una parte pertenecía antiguamente al Club Atlético Peñarol; otra, a una casa familiar que estaba abandonada y fue adquirida por la institución.
La construcción original del edificio fue realizada por el arquitecto Vilamajó, una de las figuras más emblemáticas de la arquitectura en el Uruguay, y hoy tiene valor patrimonial.
“El diseño se pensó a partir de un estudio de todos los deportes que practicamos y cuántos estudiantes, padres, madres y exalumnos los practican —nosotros participamos en los torneos de ADIC, que es la Asociación Deportiva de Integración Colegial, hasta la Liga Universitaria, donde tenemos a exalumnos compitiendo en fútbol, en básquetbol, en voleibol, en handbol—, para garantizar que cada disciplina tuviera su espacio”, detalló González. Fue gerenciado por la empresa MPR, mientras que la construcción estuvo a cargo de Bauten.
Educación, comunidad y futuro
El polideportivo se integra a un sistema de espacios deportivos más amplio: el campus deportivo, ubicado en las afueras de Montevideo, donde hay cabañas para campamentos y tres canchas de fútbol profesionales. La combinación entre ambos lugares permitirá diversificar las actividades y ampliar la participación de la comunidad educativa.
“Esperamos que este nuevo edificio fomente una mayor integración de los estudiantes en las distintas disciplinas deportivas, y que eso fortalezca el sentido de pertenencia y el compromiso con el colegio”, dijo González. “El deporte crea vínculos fuertes desde lo emocional, desde lo vincular y desde los afectos”.
La institución también proyecta que el polideportivo se convierta en un espacio de referencia para el barrio. La zona, que en los últimos años ha experimentado una recuperación edilicia y un aumento de población joven, se beneficiará con un edificio moderno, accesible y con vocación de apertura. “Creemos que este gimnasio es importante no solo para el Elbio, sino también para la zona”, subrayó González.
El proyecto, además, se enmarca en una estrategia más amplia del colegio, que busca atraer nuevas generaciones de estudiantes y consolidar su propuesta educativa bilingüe e internacional. “Todos los colegios, y más los que tienen una historia larga como la nuestra, enfrentan el desafío de recuperar año a año la tasa de egreso”, explicó el presidente de la SAEP. “Esto se logra con una propuesta sólida, moderna, innovadora”.
La Escuela y Liceo Elbio Fernández fue fundada en 1869, pocos años después de la Guerra Grande. Desde entonces, ha acompañado la historia del país y ha sido un referente de la educación laica, democrática y humanista en Uruguay. Con la inauguración del nuevo polideportivo, refuerza su apuesta por una educación integral: aquella que se construye tanto en las aulas como en la cancha.