Defensor Sporting llegó a Playoffs entre turbulencias y, quizás por eso, fue aún más meritoria su campaña en esta Liga Uruguaya de Básquetbol, en la que le remontó a Peñarol una serie que perdía 0-2 y luego fue eliminado por Nacional en semifinales (1-3).
Uno de los grandes responsables fue Gonzalo Brea, que tomó las riendas del equipo justo antes de comenzar la Liguilla, cinco partidos antes de Playoffs. Ganó en su debut absoluto como entrenador jefe en Primera División a Cordón, pero perdió los cuatro siguientes (Peñarol, Malvín, Nacional y Aguada). Luego los dos primeros por cuartos ante el aurinegro y fueron seis derrotas al hilo que lo llenaron de dudas. “Pero nunca dejé de creer en mi trabajo y en el equipo”, dijo en diálogo con Ovación.
“Juego al básquetbol desde que tengo uso de razón, toda mi vida en Atenas, desde chiquito hasta jugar tres años como profesional, una LUB y dos Metropolitanos, el segundo (2017) ascendimos campeones. Y me retiré a los 23 años porque mi carrera no me orientaba al profesionalismo, debido a mi baja estatura y otras condiciones. Pero me orienté a la carrera de entrenador, en parte gracias a Martín Frydman que me impulsó”.
Hoy tiene apenas 29 años y es más joven que varios de sus dirigidos del Fusionado. Comenzó dirigiendo divisiones formativas hasta 2021, cuando debutó como asistente en Primera junto a Nicolás Díaz en Sayago. AL año siguiente fue contratado por Defensor Sporting y acompañó a Álvaro Tito, Adrián Capelli, Daniel Seoane y por último Gonzalo Fernández, quien renunció y le dejó el cargo a disposición para esta recta final de temporada.
“Nadie esperaba que se diera así, pero yo trabajo de forma institucional para el club hace varios años y fue una decisión dirigencial que agradezco porque apostar a mi trabajo, y me tocó asumir el desafío. Obviamente aprendí un montón con Gonzalo (Fernández), un DT que logra que sus equipos se entreguen al máximo todo el tiempo todos los partidos”.
Pero sobre su propio estilo de juego y de entrenador, que en esta primera experiencia intentó plasmar, señaló: “Creo que defensivamente dimos la talla: logramos cambios de hombre, defensas agresivas en el pick and roll y que participen los cinco jugadores. Y en ofensiva fuimos un equipo solidario, encontramos tiros abiertos y que no dependió solo de la creación de un jugador, sino que todos tuvieron oportunidades. Pudimos adaptarnos a las características de Dexter (McClanahan), que eran diferentes a las de Malik (Curry), más tiro y menos verticalidad”.
Y para que eso fuera posible destacó: “Es clave que el jugador crea y confíe. Creo que el grupo humano tan sano que me tocó dirigir me ayudó a fluir. Ya veníamos trabajando juntos, yo no era un desconocido. Y con herramientas tácticas y mentales pude mantenerme enfocado en lo que uno puede dominar, que son las situaciones del juego. Y para lograrlo recibí mucha ayuda de mi cuerpo técnico y, por supuesto, los jugadores”.
—¿Cómo viviste la serie y remontada contra Peñarol?
—Fue soñado. La realidad es que fue soñado porque cuando se da la situación de que Malik, que no termina de jugar el cuarto punto, nosotros ya reconocemos que estábamos en aprietos para el quinto. Muy agradecidos con Dexter porque se comportó de una manera muy profesional, llegó el miércoles a las 19:00 al aeropuerto, a las 20:00 estaba en la cancha para enseñarle un poquito la jugada, nuestro plan de juego para el día siguiente que fue jueves. E incluso él ya llegó con dos partidos completos visualizados. Y en la cancha fue brillante y se nos dio todo.
—¿Cómo evaluás la serie contra Nacional? ¿Qué les faltó?
—Nacional es muy buen equipo y lo demostró a lo largo del año, clasificando primero en la fase reglar y ganando el torneo sudamericano. Nos ganaron bien el primer punto, pero para el segundo mostramos de nuevo esa resiliencia característica de nosotros. Para jugarles de igual a igual fue clave minimizarles los puntos de contraataque, ellos anotan mucho por ahí. Ellos son un equipo muy defensivo, te fuerza a equivocar los caminos, muy intenso, fuerza muchos errores y pérdidas. Creo que los partidos que pudimos dominar eso, fueron los los que pudimos ser competitivos.