La Clave
Una de las cosas más impactantes de estos días es ver la reacción de duelo de varios “comunicadores” y sesudos analistas políticos uruguayos ante el reciente resultado electoral en Argentina. Es asombroso cómo la gente “de izquierda” insiste en tomar como propia la realidad política de un país tan diferente como ese. Pero todavía peor, es el nivel de ignorancia de cuestiones históricas básicas, del que hacen gala cuando opinan. Y no cambian ni ante las derrotas más duras.
Ha pasado algo desapercibido, pero es la noticia del año. El magnate Bill Gates, considerado por los medios como un gurú de la todología, ha dicho lo que hasta hace poco era un pecado mortal: que el cambio climático no es la amenaza mortal para la especie humana que muchos han denunciado. Incluso él mismo, hasta hace poco. Según Gates, la humanidad tiene otros desafíos más urgentes en los que volcar los recursos que hoy se gastan en el cambio climático. ¡Horror!
Debe ser uno de los casos más tristes en la política uruguaya reciente. La senadora frenteamplista Patricia Kramer concedió una entrevista a Orlando Petinatti, en la que mostró matices con la postura de su partido respecto al conflicto en Medio Oriente. Esa “tibieza” indignó a su grupo político, “el Abrazo”, que la defenestró públicamente. Y Kramer terminó poco menos que pidiendo disculpas públicas, por la audacia de tener pensamiento propio. Un “caso Padilla” a la uruguaya.
La apabullante victoria del presidente Javier Milei en las elecciones legislativas de Argentina ha dejado a mucha gente dolorida. En nuestro país, quien más claramente mostró su decepción fue el capitoste del Pit-Cnt, Marcelo Abdala, quien dijo que “no es una buena noticia una victoria de la ultra derecha, que agrede de forma absolutamente inhumana a un pueblo hermano”. Por lo visto, Abdala sabe mejor que los argentinos lo que los agrede... y lo que les conviene.
Hay algo trascendente de la reciente victoria electoral de Javier Milei, más allá de que vivimos en realidades políticas muy diferentes. Y es que ha logrado sostener un diálogo con la sociedad, que no se ve afectado por los “mediadores”. ¿A qué vamos con esto? Que hay una “casta” de politólogos, analistas, etc, que suelen marcar los límites del debate público en una sociedad. Y que suelen ser ideológicamente de izquierda. Milei ha logrado pasar por encima de eso de forma aplastante.
La edición de dominical de El País presentó una investigación escandalosa, sobre manejos inmobiliarios opacos en balnearios del este. Se trata de una historia bastante habitual, donde gente inescrupulosa aprovecha los tecnicismos legales para apropiarse de propiedad ajena. Esto ocurre por las pasividad de las autoridades, y por la falta de proactividad de los legisladores, en proteger los derechos de las personas. Alguien va a tener que poner el cascabel al gato.
La posición del presidente de ASSE, Álvaro Danza, es cada día más precaria. Como si fuera poco con que tiene 4 trabajos paralelos, que en buena medida son incompatibles, ahora surge que ha mentido en sus horarios laborales. Es verdad que estos cargos tan relevantes no pagan como se debe por parte del estado. Pero una vez que se aceptan, hay que mantener un mínimo de decoro y sentido de la ubicación. La situación de Danza ya no resiste ningún análisis racional.
Debe haber algo en el agua de la sede del Frente Amplio. En los últimos años se ha visto una seguidilla de gente que era racional y dialogante, que apenas se sienta en el sillón de presidente de esa fuerza política se convierte en barrabrava, agresivo y confrontativo. Fernando Pereira es el último, y tal vez más notorio ejemplo de este problema. Lo insólito: en las últimas horas acusó al comunicador Orlando Petinatti exactamente de lo mismo. Tal vez tenga que comprar un espejo.
El conflicto que está padeciendo la terminal de contenedores de Montevideo cada día es más irracional. Comenzó porque al gremio no le gustó que se comprara un software que aumentaba la productividad. Siguió pese a las sucesivas ofertas de la empresa, sociedad del estado uruguayo con Katoen Natie, a cambio de una obvia “paz sindical”. Cuando la empresa eliminó ese requisito, y ofreció partidas millonarias, tampoco el gremio cesó su hostilidad. ¿Qué tiene que pasar?
El presidente colombiano, Gustavo Petro, viene padeciendo un derrumbe político con pocos antecedentes en la historia regional. En estos días concedió una entrevista donde dijo disparates de tal magnitud, entre ellos que poco menos que había que derrocar a Trump, que ponen en duda su salud mental. En las horas siguientes agredió a una ministra y despidió a un jerarca en pleno consejo de ministros. Lo que preocupa: es uno de los dirigentes más cercanos a nuestro gobierno.
El senador Pedro Bordaberry ha planteado que el país precisa un “shock” de inmigrantes para paliar la crisis de natalidad. Tiene toda la razón. El dirigente colorado ha sugerido centrarse en personas mayores, y puso el ejemplo de Miami, que es un imán para jubilados de todo Estados Unidos. Es una buena idea, pero habría también que centrarse en jóvenes con ganas de trabajar y prosperar. El gobierno debe tomar medidas para fomentar este tipo de migración.
La nota más leída en el sitio web de El País fue un informe sobre el deterioro de la convivencia en Montevideo. Donde la proliferación de gente viviendo en la calle ya está generando una crisis muy seria, que origina incluso la decadencia de barrios referenciales de la capital del país. Está claro que la nueva administración del Frente Amplio no tiene planes serios para enfrentar este desafío. Un problema que está generando un éxodo masivo a los departamentos vecinos.