La mayoría de las familias de la zona metropolitana padecieron ayer otro paro absurdo del sindicato del transporte. El mismo se debería a los problemas económicos que padece la empresa Copsa, pero en realidad es apenas otra exhibición de “músculo gremial” sin mayor sentido. Y que, otra vez, vuelve a perjudicar a la mayoría de los trabajadores, sin que vaya a lograr ningún efecto positivo para nadie. Después algunos se enojan porque la gente no confía en el transporte público.