Estudiantes de la facultad de Arquitectura de la UdelaR mostraron lo que es el verdadero espíritu de rebeldía juvenil. En una casa de estudios tomada por la izquierda a niveles tan ridículos que su salón de actos se llama Che Guevara, hicieron lo impensado. Reaccionaron ante la complicidad del decano Danza con quienes hacen publicidad por el “Sí” y colgaron un cartel en contra del uso de una institución pública para partidismo político. Lo obvio, hoy, es revolucionario.