La cobertura periodística de lo que pasa en América Latina, sobre todo de parte de medios europeos, es cada día más flechada y tóxica. Por ejemplo, si usted sigue a estas agencias, creerá que el continente está cayendo en una especie de ola ultraderechista, que hincharía el pecho de orgullo a Mussolini. Mientras tanto, tenemos un presidente “de izquierda” como Gustavo Petro en Colombia, que día a día deja en claro que no está en sus cabales. Pero eso no preocupa a nadie.