La decisión del nuevo gobierno de reducir las garantías del secreto bancario, y gravar las ganancias de activos en el exterior, son un combo letal para la atracción de inversiones. ¿Por qué? Porque la gente que tiene capital, y está buscando dónde colocarlo, busca dos cosas: rentabilidad y seguridad. En Uruguay, la rentabilidad es baja. Y encima ahora ven estos gestos de que el estado avanza sobre los dineros ajenos de esta forma, la señal es clara: Acá no conviene invertir.