Debe haber algo en el agua de la sede del Frente Amplio. En los últimos años se ha visto una seguidilla de gente que era racional y dialogante, que apenas se sienta en el sillón de presidente de esa fuerza política se convierte en barrabrava, agresivo y confrontativo. Fernando Pereira es el último, y tal vez más notorio ejemplo de este problema. Lo insólito: en las últimas horas acusó al comunicador Orlando Petinatti exactamente de lo mismo. Tal vez tenga que comprar un espejo.