El efecto que está generando la plataforma china Temu en el comercio uruguayo es devastador. Al punto que el gobierno estudia colocar algún gravamen para equilibrar la competencia. Ahora salen voces que reclaman por los costos del país, y critican las medidas. Una cosa no quita la otra. Una cosa es fomentar la competencia y liberar el ingreso de compras del exterior. Otra es hacerle el caldo gordo a una empresa apoyada por un estado que no respeta las normas básicas.