El adiós a un grande

La muerte de Cacho de la Cruz es un golpe emocional enorme para varias generaciones a las que marcó su infancia y juventud. Fue una figura cultural de esas que, sin pompa ni pretensiones, dejan huellas imborrables. Sus personajes, ya fueran “Cacho Bochinche”, “Chichita”, o los innumerables éxitos de las “telecachadas”, han quedado en la mejor historia de la televisión nacional. Con Cacho se va un pedazo central de la memoria colectiva del último medio siglo del país.

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