En las últimas horas se ha comentado mucho la realización de un muy pobre show de “drag queens” en Presidencia. El tema ha generado la polarización esperable, con gente indignada por el uso de un edificio de todos, para algo que solo gusta a una minoría. Otros, posan de superados, y alegan que es algo que reivindica la libertad sexual. El problema es que el show sólo busca irritar a 3/4 del país. ¿Es eso algo que vaya en línea con el espíritu de este gobierno?