El escándalo por el ataque a la fiscal Ferrero deja en evidencia el gran problema de Uruguay. Hablamos de esa obsesión por tener todo “atado con alambre”. Según la investigación policial, el gran desafío tecnológico que tuvieron los agresores para llegar al patio de la principal jerarca antidrogas del país fue poner un tablón sobre unos techos. Basta imaginarse, además, lo eficiente e intimidante que debe ser la guardia apostada frente a su casa. ¡Estamos en el siglo XXI!