Arazatí y el cinismo

Desde el gobierno se ha planteado como un éxito civilizatorio la suspensión del proyecto Arazatí. Pero, veamos un poco las consecuencias de esta decisión. Primero, el país no tendrá una toma de agua alternativa para la zona metropolitana, lo cual mantiene la fragilidad que tanto nos costó hace un par de años. Segundo, se hace un malabarismo técnico para “compensar” al consorcio con otra obra a dedo, abriendo un flanco jurídico de consecuencias imprevisibles. ¡Genial!

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar