Esta campaña tendrá un tema relevante que resolver acerca de la reforma de la seguridad social que fue votada por una amplia mayoría en el Parlamento en 2023, luego de haber sido estudiada y negociada por muchos meses, y luego de haber sido planteada por la Coalición Republicana (CR) como uno de sus objetivos a realizar si alcanzaba el triunfo Lacalle Pou en noviembre de 2019.
Como se sabe, la izquierda llega dividida sobre ese tema. Por un lado, cerca de uno de cada cuatro de quienes votaron en la interna del Frente Amplio (FA) el pasado junio manifestaron su apoyo explícito a partidos, sectores y candidatos que están de acuerdo con la reforma constitucional llevada adelante por el Pit- Cnt. Para esa parte de la izquierda, muy activa, el camino que el país debe seguir es el del fin del ahorro personal, el de la jubilación a los 60 años independientemente de nuestras posibilidades demográficas, y el de la vuelta a un sistema de reparto público.
Por otro lado, hay varios referentes de la izquierda que están saliendo a señalar que ese camino plebiscitario es malo. Se suman allí, desde el ex -presidente Mujica al actual candidato Orsi, pasando por principales figuras de la economía, entre ellas quienes aspiran a ser ministro de economía de un futuro eventual gobierno de izquierda como es el caso de Oddone. Pero el problema con todos estos referentes de la izquierda, que juegan este papel moderado y que pasan por serios y medidos en el análisis de las consecuencias nefastas de la reforma a plebiscitarse en octubre próximo, es que omiten olímpicamente lo que hoy en día está previsto en las bases programáticas del FA. Y es que esas bases, en realidad, son muy parecidas en el fondo a lo planteado por la iniciativa plebiscitaria.
En efecto, alcanza con leer lo que allí se expresa en la página 31 sobre dos dimensiones claves de la reforma que el FA promoverá en su llamado “diálogo social”. Por un lado, “se deberán generar las condiciones para el acceso a la jubilación a los 60 años de edad, manteniendo los estímulos y la capacitación necesaria para que quienes quieran seguir trabajando puedan hacerlo”; por otro lado, “impulsar un sistema de seguridad social con tres pilares: solidario (no contributivo), de reparto intergeneracional (contributivo) y de ahorro (no lucrativo) y en modalidades consistentes con el marco constitucional vigente al 1° de marzo de 2025”.
Tiene razón Marcelo Abdala cuando recrimina a todos los que desde el FA no están de acuerdo con los objetivos que plantea el Pit- Cnt en su reforma plebiscitaria, que lo que ocurre es que en realidad o no leen o se hacen los desentendidos con respecto a lo que plantean las bases programáticas del FA para un eventual próximo gobierno. Y tiene razón porque, en verdad, lo que plantea el Pit- Cnt no es nada muy distinto a lo que plantea el FA: la diferencia, en realidad, está en la forma de ser llevado adelante - por plebiscito constitucional uno, por diálogo social el otro -, pero no sobre el fondo de lo que se propone.
Y aquí es donde todo el mundo moderado de izquierda, los economistas referentes y todos aquellos liderazgos del FA que se desmarcan de la iniciativa del Pit- Cnt, están mintiendo descaradamente a la ciudadanía. ¿Qué sentido tiene, por ejemplo, criticar duramente las consecuencias fiscales que tendría la reforma del Pit- Cnt, si el sentido de la reforma del FA es exactamente el mismo que el de la central sindical? Y exactamente el mismo quiere decir eso: ahorro no lucrativo, en la jerga del FA, quiere decir ir en contra de las AFAPs, como lo plantea el Pit- Cnt; y “acceso a la jubilación” a los 60 años quiere decir lo mismo que se plantea en la reforma a ser plebiscitada en octubre.
¿Alguien cree que, de llegar al gobierno y en la hipótesis de que la reforma constitucional no se aprobara, el mundillo moderadito del FA, cuyo peso electoral es en verdad exiguo, va a poder llevar adelante un diálogo social sobre sustentos diferentes a los planteados por las bases programáticas del FA? La respuesta es tan evidente como natural: lo que veremos será a la izquierda más militante y radical volver a plantear los objetivos de seguridad social que, según economistas como Oddone, son tan desestabilizadores para la economía y el futuro nacional.
Esta campaña electoral trae consigo una gran mentira: la de que hay una izquierda moderada capaz de ir por un camino de seguridad social distinto al planteado por el Pit- Cnt y las bases programáticas del FA. Hay que tenerlo muy claro y no dejarse manipular.