Uno de los departamentos a los que había que prestar mucha atención sobre sus resultados departamentales del pasado mes de mayo era Maldonado, ya que se viven allí cambios sociales, económicos y demográficos que son muy importantes.
En efecto, Maldonado es un polo para toda la región este. Se verifican inversiones, oportunidades de trabajo y un crecimiento económico que son muy distintos al resto del país. Es por eso mismo que se constata un crecimiento demográfico formidable, que contrasta además con lo que ocurre en otras partes. Como bien mostró el último censo de 2023, la población allí fue la que más creció en todo el país entre 2011 y 2023. En cifras absolutas: pasó de 132.000 personas en 1996, a 213.000 en 2023. Naturalmente, también es allí donde reside más gente nacida en otros departamentos, casi 50% del total, y donde el porcentaje de extranjeros es mayor: casi 6% del total.
Maldonado se transformó así en estos veinte años en la tercera circunscripción electoral de Uruguay, luego de Montevideo y Canelones. Pero a diferencia de esos dos departamentos donde el Frente Amplio (FA) es amplia mayoría, tanto en las citas nacionales como en las elecciones de mayo, en Maldonado la gente vota masivamente a los partidos de la Coalición Republicana (CR).
En octubre de 2024 y redondeando, en Maldonado ganó el Partido Nacional (PN) con 49.000 votos y el FA recibió cerca de 46.000. Pero la diferencia entre los partidos de la CR y el FA fue abrumadora, ya que tomada en su conjunto la CR recibió 81.000, es decir que estuvo a sólo 11.000 votos de duplicar a la izquierda. El pasado 11 de mayo, cuando el electorado se concentró en las opciones locales, el resultado fue aún más contundente: los blancos recibieron 79.000 votos, los colorados 5.000, y el FA 32.000. Si se suman los votos de los partidos de la CR, esa coalición estuvo a 12.000 de ¡triplicar los apoyos del FA! Además, todas las alcaldías del departamento fueron a manos del PN, lo que quiere decir que en cada rincón del territorio de Maldonado la estructura y el apoyo a los blancos fue muy superior a los que mostró el FA.
Aquí estamos ante resultados muy importantes. Maldonado, por sus características de crecimientos y cambios, muestra lo que de verdad ocurre con los uruguayos cuando les toca elegir a sus gobernantes en un marco de pujanza y desarrollo. En efecto, con la posibilidad de salir adelante en base al esfuerzo personal que da réditos, la preferencia por los partidos de la CR es apabullante, y más cuando se trata de optar por los dirigentes locales que son los que en definitiva comparten el día a día de los pueblos que crecen y se desarrollan en base a la economía de mercado y a la libertad de empresa para invertir y prosperar.
En concreto, cuando en un lugar hay esperanza de ascenso social real, la gente migra hacia ese destino geográfico. Y en ese marco cultural y social, la preferencia electoral es muy mayoritariamente favorable a la CR y a los blancos en particular, tanto en las citas nacionales como, sobre todo y por paliza, en las instancias departamentales.
El caso de Maldonado debe ser una enorme enseñanza para los dirigentes de la CR en el resto del país. Para el caso de Salto, por ejemplo, en el que ganó el gobierno - y es la cuarta circunscripción electoral más importante -; o para el de Paysandú, que es el siguiente departamento donde más uruguayos votan: no hay que seguir el camino marcado por el FA para ganar elecciones. Por el contrario, hay que tomar el camino propio, que es el que efectivamente combina libertad de emprender con atracción de inversiones: vaya si ese es un destino manifiesto para el Litoral, ahora que además Argentina parece salir del letargo estatista oprobioso que tenía a ese país postrado durante lustros a causa de las ideas izquierdistas- kirchneristas.
Maldonado crece y da oportunidades. La gente a lo largo de los años se muda para allí, pero además termina votando muy mayoritariamente a los partidos tradicionales, y sobre todo a los blancos. La gente se da cuenta de que la solución a sus problemas es por ahí, y no es siguiendo recetas que terminan con una ciudad sucia y llena de clientelismo y anomia social como Montevideo.
El caso de Maldonado no es raro. Es la ilustración de por dónde pasa el rumbo de la prosperidad económica, y del triunfo político de la CR. Los partidos tradicionales no deben mirar hacia otra parte. Allí, en el ejemplo de ese Maldonado que se está construyendo, están las bases de sus futuros éxitos electorales.