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Aunque nuestra atención sobre las noticias internacionales hoy día se enfoque mayormente en el ataque de Rusia a Ucrania que lleva un mes de atrocidades, no se debe dejar de observar lo que sucede en nuestro continente.
No faltan desgraciadamente, ni las violencias contra los derechos humanos ni los embates a la libertad. Sin ir más lejos, en Cuba acaban de dictarse 17 condenas de 3 a 17 años de cárcel a personas cuyo gran pecado no fue más que participar en las protestas de julio del año pasado contra el dictatorial gobierno comunista que controla a la isla desde hace decenas de años. Un acto pacífico y de pura valentía como no nunca se vio, ya que cuanto más duro el garrote, más difícil es rebelarse.
Y hablando de rebelión, el Embajador de Nicaragua ante la OEA el miércoles pasado se atrevió a decir basta. En un inesperado discurso en la sede de la Organización de los Estados Americanos, Arturo McFields denunció la ausencia de libertades y la inexistencia de la separación de poderes en Nicaragua. Afirmó no sin emoción que denunciar a la dictadura de su país no es fácil, pero que a pesar de ello no podía seguir guardando silencio o “defender lo indefendible”. En la sorpresiva declaración durante una sesión ordinaria del Consejo Permanente de la OEA en la cual no figuraba en agenda, la situación de Nicaragua, tomó la palabra a través de una videoconferencia. Dijo tener la imperiosa necesidad de hablar aunque tuviese miedo. Aun cuando “mi futuro y el de mi familia, sean inciertos”.
Lo expresado por el diplomático no es una sorpresa ya que hace demasiado tiempo que se ha visto cómo el líder del partido sandinista, el mismo que se alzó contra la dictadura de Somoza se transformaba en uno más, con la participación activa y cómplice de su esposa. Van 5 veces que renueva su seuda presidencia, desde el 2007 a la fecha y en las últimas fue tan burda su actuación, que ni vestigios de disimulo hubo. Todo político que se atrevió a oponérsele fue encarcelado bajo cualquier clase de acusación y la huida de nicaragüenses hacia al exterior por motivos políticos, sobrepasan las 170 mil personas, además de las 350 que perdieron su vida desde 2018. A esto se suman a los cientos de miles de emigrantes (arriba del 10% de una población de unos 660 000 pobladores) que dejan país, familia y pertenencias, acuciados por la pobreza y la falta de oportunidades de progreso, en el paraíso sandinista. Y como recordara el Embajador, los cientos de servidores públicos, civiles y militares, obligados por el régimen a fingir para no perder su sustento. Además se refirió a otros aspectos reveladores de lo que es vivir en este país oprimido. Se han prohibido las universidades privadas y han sido canceladas 137 obras de bien público (ONG). Citando la conocida frase atribuida a Abraham Lincoln, hizo referencia a aquello de “ se puede engañar a la gente por un tiempo, pero no a todos, todo el tiempo”.
Cabría preguntarse si en el FA, en el Pit-Cnt, en la intelectualidad, la academia y los sectores sociales, a los que jamás se les escucha ni una crítica respecto de los abusos a los derechos imperantes en Cuba y Nicaragua, ¿serán víctimas de engaño permanente?
A lo cual cabría preguntarse si en el Frente Amplio, en el Pit-Cnt, en la intelectualidad, la academia y los sectores sociales vernáculos, a los que jamás se les escucha ni una crítica respecto de los abusos a los derechos individuales imperantes en Cuba y Nicaragua, ¿serán víctimas de engaño permanente? ¿O son indiferentes si comparten esas ideologías que coartan la libertad y estimulan el pobrismo?
Cristiana Chamorro, parte de un prestigioso linaje periodístico y político cuyo padre fue asesinado en 1978 por los somocistas, fue apresada apenas anunció su intención de inscribirse como precandidata a la Presidencia en junio del 2021 y condenada a 8 años de prisión domiciliaria. Cristiana era una de las favoritas para competir contra la reelección de Ortega pero al igual que a otros aspirantes, se le truncó la posibilidad bajo absurdos cargos. Contra ella y la fundación que lleva el nombre de su madre, la ex presidente Violeta Barrios de Chamorro, dedicada a la defensa de la libertad de prensa y de expresión, (muy en falta en esa nación), donde como asegurara McFields, no hay libertad ni para escribir un “tuit”. Siguiendo la práctica usual de otros “dicta-presidentes” como Correa cuando gobernaba Ecuador, se les han impuesto aparte de 13 años de pena a los 2 funcionarios de la Fundación y a su chófer, multas millonarias imposibles de pagar. Mientras a su hermano Pedro Joaquín, lo han enviado a la temible cárcel conocida como el Chipote con una condena de 9 años. Ortega a su vez, decidió irse de la OEA así que corre el plazo pertinente de unos 2 años.
La eficacia y razón de ser de estos organismos internacionales es una duda que persiste, lamentablemente.