Bien por el Honorable

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Hace dos semanas Valentina Dos Santos cumplió su pena de 6 meses por “usurpación de funciones”. En julio de 2024 había llegado a un acuerdo abreviado con el Ministerio Público en el que aceptaba su responsabilidad en este delito. El 14 de enero se cumplió el semestre establecido, y ella recuperaba el ejercicio pleno de su ciudadanía. Con ello quedaba habilitada a participar como candidata a la Intendencia de Artigas, tal como era su plan político desde hace varios años.

Sin embargo, inmediatamente, se conoció que la Corte Electoral hacía lugar a la solicitud del Honorable Directorio del Partido Nacional que imposibilitaba a Valentina Dos Santos de usar el lema Partido Nacional. Sin poder hacer uso del lema Partido Nacional, y dado que no puede ser candidata por ningún otro lema en este período electoral, Dos Santos no podrá competir en las próximas elecciones de mayo. Decisión acertada e imprescindible.

La decisión tomada por el máximo órgano del Partido Nacional fija un estándar ético mínimo del que todos los partidos políticos deberían tomar nota. Mientras el Frente Amplio ovacionó con aplausos y caravanas a sus dirigentes procesados y condenados, los blancos toman una decisión que atenta directamente contra sus intereses electorales, pero que da una señal muy positiva. Todo el mundo sabe que las posibilidades de que se retenga la Intendencia de Artigas son mayores con Valentina Dos Santos en la cancha, y que esta persona ya no tiene ningún impedimento legal para competir.

Los motivos que avalan esta decisión son varios. Valentina Dos Santos no está investigada, sino que fue condenada en un acuerdo que ella misma aceptó. Ella aceptó haber cometido un delito vinculado al ejercicio de la función pública. El hecho de que la condena terminara en enero, fruto de una negociación judicial, justo después de las elecciones nacionales, pero a tiempo para ser candidata a las elecciones departamentales, debe ser tomado por el Partido Nacional como una casualidad. No cambia el fondo del tema. No es razonable que Valentina Dos Santos compita representando al Partido Nacional en este período electoral.

Pero, además, la implicada ni siquiera tuvo para con su partido una actitud mínimamente considerada. En su cálculo electoral, solo enfocado en las elecciones departamentales, prefirió aceptar una condena judicial en plena campaña nacional, si eso le permitía tener la pena cumplida, al momento de la elección de mayo, y así ser candidata en Artigas. En julio, cuando la exdiputada firmó el acuerdo judicial, ya tenía su abrumadora mayoría en la Convención Departamental artiguense, órgano electoral de los candidatos a Intendentes. Con lo que no contaba, por no saber que era posible o por no creer capaz al directorio de hacerlo, era con que el lema Partido Nacional perteneciera a su directorio y este, en última instancia, puede prohibir su uso a quien considere. En una decisión poco común, pero ejemplar, el directorio no se atuvo a las restricciones legales e impuso un estándar ético más exigente: controlar el 75% de una convención no basta para ser proclamado candidato a intendente por el Partido Nacional.

Y no, nada tienen que ver otros casos, el más conocido, el del Intendente Carlos Moreira. Moreira no fue condenado por ningún delito. De hecho, su caso se archivó dos veces: una en febrero de 2020 (antes de las elecciones departamentales) y otra en mayo de 2021, cuando ediles del Frente Amplio habían pedido su reapertura. Lo único que comprobó la justicia es que los famosos audios con los que se lo habían acusado fueron deliberadamente adulterados.

A pesar de algunos intentos de última hora, la decisión no será revisada. Sería una pésima señal ceder a las presiones de los involucrados por un mero cálculo electoral. La historia del Partido Nacional es la de asumir costos políticos cuando las responsabilidades así lo exigen. Aprovechando el 106o aniversario del nacimiento de Wilson Ferreira viene bien recordar su definición sobre el pago de costos políticos: “Qué poca gracia, qué mezquino sería todo esto de la actividad política, si las decisiones se tomaran pensando exclusivamente en cuánto nos pueden costar en votos. Nosotros tenemos responsabilidades para con la República y las vamos a cumplir.”

El Partido Nacional, fiel a su legado saravista, inhibirá a una candidata muy competitiva como candidata a la intendencia. Se trata de un excelente precedente para todo el sistema político. Esperemos sirva de ejemplo para los que están acostumbrados a celebrar con caravanas las condenas de los compañeros.

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