@|La solución que buscó la Argentina años atrás, de construir un sistema de colección de los residuos orgánicos y de industrias de Buenos Aires que abarca a 4.5 millones de personas, ha preocupado desde hace algún tiempo a conocedores del tema.
Un emisor subacuático de largas dimensiones- 12 kms. -y de un enorme grosor, depositará las aguas pretratadas- hay una planta prevista para ello- en el Río de la Plata y en aguas comunes de ambos países.
El problema radica en que el sistema de pretratamiento no es el de mejor desempeño y esto lo ha señalado en un documento el propio Banco Mundial, señalando que se ha desechado un sistema mejor y con mayor cobertura por su costo y por confiar en que la actuación del propio Río diluirá la potencial contaminación. Esto lo hemos analizado hace un tiempo ya con el Doctor Edison González Lapeyre y con el Embajador Juan E. Fischer, de excelente actuación en la CARP en el 2008. Uruguay aprobó con ligereza y premura la autorización en la CARP en el año 2009.
El Río de la Plata no se sabe si podrá cumplir con esa función depuradora del resultado diario e incesante del vertido proyectado. Si las bacterias E Coli por ejemplo, pasan el pretratamiento, si lo químicos envenenan las aguas o las comprometen perjudicando su calidad, es algo que se dejó librado a la etapa posterior a la obra, es decir, al hecho consumado.
Estamos solicitando la atención de las actuales autoridades uruguayas para que requieran:
-Un análisis de impacto ambiental independiente sobre la calidad de las aguas y en general de las consecuencias de su puesta en marcha. No solamente un estudio de la empresa que construye la obra.
-Si de ese estudio surgieran evidencias o dudas razonables debería pedirse al país hermano que modifique el pretratamiento y lo haga de manera que nos asegure que nuestro país no será perjudicado por esa obra que consideramos necesaria y que debe hacerse con todas las garantías. Tenemos entendido que el proyecto original que nuestro país aprobó sin condiciones en el año 2009, ha sufrido muchos cambios y nunca se solicitó información sobre la marcha de la mega obra. Eso fue y sigue siendo algo inexplicable por parte de los responsables de Uruguay.
-Hemos visto que en el año 2019 se han concedido todo tipo de facilidades en materia de intercambio de información y de construcción incluso de un laboratorio común entre Uruguay y Argentina para medir la contaminación del Río Uruguay ante la preocupación de Argentina.
Pedimos lo mismo para este caso y con el agregado de que si fuera necesario, habría que modificar el sistema de pretratamiento; una obra en la que el Banco Mundial aportó 840 millones de dólares y luego el 5 de setiembre del 2019, reforzó con 250 millones de dólares más.
No es conveniente esperar que la obra termine para evaluar el resultado; será imposible parar el daño si es que se produce. Sería una enorme responsabilidad para los organismos del gobierno de Uruguay si apareciera contaminación que podría haberse prevenido.