¿Usuario de la cárcel?

Roberto Alfonso Azcona | Montevideo
@|En Uruguay hemos llegado al absurdo: ya no hay presos, ahora hay usuarios del sistema penitenciario. Así lo decretó el Dr. Petit, ex Comisionado de Cárceles y hoy presidente del INDDHH; como si la cárcel fuera un servicio de streaming, como si pagaras una cuota mensual para entrar y salir a gusto.

La ideología Woke, importada de los campus universitarios y del progresismo extremo, pretende cambiar la realidad con palabras; no importa que un delincuente haya asesinado, violado o robado; lo importante es no “discriminarlo” llamándole preso. El lenguaje se convierte en maquillaje: ya no hay criminales, hay “usuarios” y el siguiente paso es inevitable, si son usuarios, entonces son víctimas y si son víctimas, lo justo será liberarlos.

Mientras tanto, el ciudadano honesto que trabaja, paga impuestos y cumple la ley queda cada vez más indefenso; la inseguridad nos golpea, las cárceles se vacían y las calles se llenan de reincidentes, porque para el progresismo, el verdadero culpable no es el delincuente: es la sociedad, es el sistema, es usted que se atrevió a ser víctima.

Éste es el corazón de la ideología Woke, un relativismo que pone patas arriba la justicia, se niega la responsabilidad individual y se promueve la impunidad, se disfraza al criminal de “usuario”, pero al ciudadano común nadie le cambia el nombre, sigue siendo rehén, sigue siendo víctima.

Decirles presos no discrimina: describe la realidad, el que comete un crimen debe pagar su pena; cuidar el lenguaje para proteger al delincuente es abandonar al inocente.

Uruguay necesita coraje para llamar a las cosas por su nombre: presos son presos, y justicia es justicia. Si renunciamos a eso, entonces ya no tendremos ni cárceles ni ley, solo un país entregado a la delincuencia bajo el disfraz de la corrección política.

Y la pregunta final...

¿Dónde está la oposición?