Carlos Ortega | Montevideo
@|El mandato: sean libres.
Este es un tema profundo y ancestral. Se puede leer en la Biblia que existen ideas claras de la libertad y luego las múltiples oportunidades donde pueblos o comunidades pelean por su libertad.
Existe de todas maneras una gran diferencia: la libertad en el Génesis como creación y sin ningún otro estado anterior a comparar o estado perdido con respecto a lo que históricamente ha pasado.
La pérdida de la libertad en términos concretos no conoce fechas, quienes impulsan estos conceptos tienen a su entender una capacidad superior que exige eliminar otras expresiones y se hace cual transpiración, gota a gota. Esas pérdidas insensibles hacen de la estrategia un éxito. La legitimación es lo que consolida el próximo paso. En la composición temporal si uno suma los efectos es un horror a la lectura continua. Algo muy parecido a lo que nos ocurre hoy cuando los algoritmos pueden ser predictores hasta de con quién tenemos intimidad pero... nosotros le dimos ese permiso. Nada puede generar asombro. Ese sentido más abstracto del tema tiene condicionantes previos, esas son las necesidades básicas.
Sólo aquel que no tiene nada más que perder luchará por su libertad aún sin sus necesidades básicas satisfechas. No se puede hablar de libertad con hambre. Es en este punto donde podemos ofrecer una nueva mirada que nos acerque al verdadero concepto.
¿Cuáles son los atributos que una persona debe tener para poder empezar a sentirse libre? ¿Usted es libre?