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Tomograma de la oposición (I)

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@|Tiene 4 secciones: 1- Introducción. 2- El proceso. 3 - La etapa progresista. 4- La etapa pos progresista. 5- Epílogo; que iré desarrollando en esta página en varias publicaciones.

1 - Introducción:
Las intervenciones públicas de algunos referentes progresistas provocan una reacción negativa por lo que dicen y por cómo se expresan. No evalúan las consecuencias nocivas de sus palabras y actitudes; la magnitud de los actuales problemas del país, ni avizoran el incierto futuro que nos depara. Todo por anteponer y pretender imponer una ideología malograda histórica y mundialmente.

Los principios ideológicos que postulan son las ideas políticas, sociales, filosóficas y económicas de C. Marx y F. Engels, expuestas en el “El Capital” en 1867 y el “Manifiesto Comunista” en 1872; genéricamente denominadas “marxismo-leninismo”. La terminología usada califica el tenor del enfrentamiento. La lucha de clases está protagonizada por explotadores y explotados, es decir por capitalistas contra proletarios. Así como la revolución burguesa destruyó el régimen feudal, la revolución proletaria hará lo propio con el régimen capitalista una vez que se instaure la dictadura del proletariado.

Desde entonces han pasado más de 150 años y muchas cosas han cambiado, menos la adaptación que cierta izquierda ha procesado, lo que ha generado en nuestro medio más de diez partidos que se ubican dentro del espectro político desde el centro a la extrema izquierda.

2- El proceso:
Un día, una división izquierda-derecha irrumpió en nuestra organización partidaria. Lo ideológico comenzó a pesar en todos los órdenes de la vida. La escalada conquistó los ámbitos laborales (dentro y fuera de los lugares de trabajo); las instituciones de estudios superiores (dentro y fuera de las aulas); los deportes (dentro y fuera de las canchas); la vida político-partidaria (dentro y fuera de los clubes). Determinada gama de violencia generó una cosecha alevosamente aprovechada.

Las diferencias dejaron de dirimirse naturalmente y se transformaron en enfrentamientos violentos. La descalificación sustituyó los argumentos. No se intentaba convencer al otro sino “suprimirlo” según un código excluyente: “Si no estás conmigo estás en contra y si estás en contra, eres mi enemigo”. La deferencia por el adversario, el cumplimiento por las reglas de juego en las contiendas verbales (el “fair play”) pasó a ser algo obsoleto y perimido.

3- La etapa progresista:
No obstante sus trascendentes diferencias conceptuales, quienes conformaron la coalición en 1971 (socialistas, comunistas, anarquistas, socialdemócratas, etc.), las dejaron de lado para lograr lo que rigen nuestras elecciones. Admitieron todo lo que aportara votos. Los sindicatos se transformaron en el principal colaborador y funcional brazo ejecutor.

Empoderaron a grupos socialmente desfavorecidos (minorías étnicas, comunidades de lesbianas, gays, personas trans, bisexuales, intersexuales, queer). La sigla LGBT evolucionó a LGBTIQ+ para incluir todas las identidades de género y orientaciones sexuales, con una finalidad proselitista: acaparar votos.

Establecieron una conducción supra partidaria, con una fuerte impronta “verticalista”. Elaboraron la estrategia y las tácticas para habilitar el “qué” y el “cómo”. Muchos paradigmas ideológicos fueron sustituidos basados en “el fin lo justifica”.

Por supuesto que esto no termina acá. Continúa en la etapa 3. La etapa progresista con “El fundamentalismo”.
Sigan Ecos y verán como sigue la historia...

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