Edgardo Otero | Montevideo
@|Hemos constatado con consternación que en la Avda. José Batlle y Ordóñez, a escasos 50 m de Avenida Italia, se ha instalado una especie de refugio para personas que han salido recientemente de la cárcel. Está en un local donde antes funcionaba una fábrica y el mismo se ofrecía en alquiler.
Ahora resulta que sin ningún cartel ni nada que permita saber qué funciona allí, el Mides ha puesto en funcionamiento esto, sin medir las consecuencias que ello provoca al entorno. Si es una dependencia oficial debería tener la cartelería que así lo indique y además, cuál es la función de ese local.
No se puede instalar en una vecindad donde hay niños y ancianos (por mencionar personas con vulnerabilidad) un centro de acogida de personas que han tenido problemas con la justicia, porque no es que estas personas tengan una convivencia pacífica, sino que las continuas reyertas -por las cuales hay frecuentemente llegada de patrulleros- hacen que la tranquilidad se vea perturbada.
Diariamente, llegan camiones del Ministerio mencionado, bajando cajones con comestibles y demás elementos porque, además de alojamiento, las personas también reciben alimentación; pero ni hablar que a cambio de estas prestaciones se les pida que trabajen o den algún servicio a la sociedad.
Si bien creo que las personas merecen oportunidades y posibilidades de reinserción, me parece una muy mala idea y que va en detrimento de los vecinos y personas que viven en la zona instalar esta dependencia en un lugar poblado y en medio de un vecindario; donde hay decenas de personas salidas de la cárcel en la calle y en el entorno, merodeando. Todo lo que me quieran decir de ayudar lo acepto, pero no puede ser que, para darle oportunidades a otros se dañen los derechos de otras personas, que no han tenido ningún problema con la justicia ni han delinquido y que además, debamos ser nosotros con nuestros impuestos que financiemos estas aventuras que, seguramente, saldrán cientos de miles de dólares por año.