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Leal "erosiona"

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@|La inseguridad es un mal que aqueja a la sociedad uruguaya desde hace unos años y está en plena vigencia.

Para ello se han dado dos corrientes opuestas con diferente desarrollo: a) diversos grupos de delincuentes y sus organizaciones; y b) el Ministerio del Interior y la Policía Nacional.

La delincuencia ha tenido un desarrollo sostenido, ganando terreno y adeptos con una base principal en el narcotráfico. En contrapartida, el Ministerio del Interior cuadruplicó su presupuesto durante los gobiernos del FA de doscientos a ochocientos millones de dólares, sin tener a cambio un resultado acorde, lo que fue uno de los determinantes de su derrota electoral el año pasado.

La nueva Administración de Gobierno que asumió hace siete meses y pico, trató de darle una nueva impronta en la lucha contra el narcotráfico, el “narco-menudeo” y la delincuencia en general, designando nuevos jefes de policía, efectuando movilizaciones contra el crimen organizado, trabajando en mayor coordinación con las fiscalías e introduciendo nuevas disposiciones de apoyo al accionar policíaco.

El Sr. Ministro del Interior se ha involucrado personalmente en la conducción de su cartera y en el accionar del cuerpo policial, ejerciendo una especie de competencia en materia de logros contra su antecesor en el combate a la delincuencia.

Se han registrado ciertos avances en ese aspecto y el Sr. Ministro se encarga de hacerlos notar, lo que obviamente provoca reacciones de la oposición, que reniega de su responsabilidad en los últimos quince años.

Al margen de este conflicto “político” entre las administraciones de gobierno, cada una tratando de llevar agua para su molino, estimo que se debería tener en cuenta, antes que nada, que los actores que participan de la obra son los mismos: por un lado la delincuencia y por otro lado la policía.

Que los delincuentes, si bien hay más que están privados de libertad, siguen detentando mayor poder económico y que los policías son los mismos que en muchos casos viven en barrios que son controlados por los maleantes, dado que el nivel de ingresos no les permite mudarse a otro tipo de viviendas.

En medio de esto, nosotros – la sociedad - somos meros espectadores que pagamos, a través de los impuestos, mayores gastos en seguridad personal y de viviendas el costo de este espectáculo, cuando no siendo las víctimas de estos delitos.

El pasado lunes 26 de octubre, se determinó la salida del Sr. Jefe de Policía de Montevideo debido a su reunión con el ex-tercero en el mando en el Ministerio del Interior anterior, la cual se produjo sin haber pedido la autorización de rigor al Sr. Ministro. No se trata de una innovación en la materia donde las cadenas de mando deben ser respetadas.

Lamentablemente, el Sr. Ruiz sufrió su nombre de pila (traducido del inglés) y el otro participante de la reunión de su apellido y vinculación al otro grupo que todavía no acepta su derrota electoral.

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