Dr. Francisco E. Estevez Carrizo | Montevideo
@|Israel, es la avanzada de Occidente en el Cercano Oriente. Además de ser la única democracia plena en esa región sembrada de teocracias, atesora las raíces de nuestra civilización occidental. Si cae Israel, Occidente no volverá a ser lo mismo. Aquellos que se ponen del lado equivocado de la historia desconocen nuestra herencia civilizatoria.
Estar en contra de Israel es minimizar el amor a la libertad simbolizado en el paso de la esclavitud en Egipto a la libertad en la Tierra Prometida. No reconocer a los hermanos Macabeos, arquetipo de resistencia a la dominación extrajera. No haber oído del sitio de Masada, símbolo del máximo sacrificio antes de perder la libertad. Obviar que en los albores de nuestra era lucharon contra la dominación romana hasta ser masacrados y expulsados de su tierra. En fin, la historia del pueblo Judío es una historia de resistencia, de heroísmo y de amor a la libertad.
Atenazado por el terrorismo islámico Israel se defiende como David contra Goliat, porque está en juego su existencia como nación. ¿Y qué recibe de Occidente? Denuncia ante la Corte Penal Internacional por “genocidio”; crítica a la legítima respuesta militar en Gaza; silencio atronador de la ONU ante el pogromo de Hamás del 7/10. Hoy la propia ONU ha admitido que miembros de la UNRWA eran militantes de Hamás y, algunos, habrían participado el 7/10 por lo cual fueron despedidos.
Y el Coro Woke de los intelectualoides de izquierda que escriben ditirambos a las hienas sanguinarias (con perdón de las hienas) que el 7 de Octubre del 23 cometieron las atrocidades más sangrientas desde la II G: niños quemados vivos, mujeres violadas y asesinadas, cuerpos despedazados, un reguero de fuego, terror y muerte en un recital de jóvenes por la paz, etc.
Usan civiles como escudo humano en escuelas y hospitales construidos y mantenidos con plata y personal de la ONU. ¿Y qué protegen estos palestinos inocentes? Debajo de estos edificios están los arsenales y cuarteles de comando y control de Hamás con túneles de escape. Este es el grado de maldad de Hamás contra su propia población. No les importan sus hermanos palestinos, si hay que sacrificarlos no dudan.
Gaza está recorrida por túneles de norte a sur, verdaderas obras de ingeniería, hoy muchos destruidos por las FDI (Fuerzas de Defensa Israelí). Algunos de ellos se adentraban en territorio israelí para atacar a la población civil por sorpresa, mientras que otros, como los del corredor Philadelfia en la frontera con Egipto, se usaban para contrabandear armas y personas.
Nos preguntamos: ¿de dónde proceden los recursos para construir este laberinto infernal bajo tierra? Fundamentalmente de Irán que apoya con dinero y armas pero, además, gran parte de la ayuda humanitaria que los países occidentales enviaron a Gaza durante años fueron desviados hacia la organización terrorista. Gran parte de esos recursos terminaron enterrados bajo las arenas de esa franja de 40 km de largo por 10 de ancho poblada por más de 2 millones de palestinos, la enorme mayoría mantenidos en condiciones muy precarias por Hamás.
Israel ha tomado el corredor Philadelfia que recorre los 14 km de frontera con Egipto. En este corredor se han encontrado (y destruido) decenas de túneles que cruzan la frontera hasta Egipto. La decisión político-estratégica del alto mando israelí es mantenerse ahí a efectos de cortar las vías de ingreso de armas de contrabando.
Pero además, las FDI han compartimentado Gaza en varios sectores por otros tantos corredores controlados por las FDI. Controlan el movimiento de personas entre estos sectores y así impiden los desplazamientos de las fuerzas de Hamás. Particularmente han encerrado a Yahya Sinwar, líder de Hamás en Gaza, que se dice que está posiblemente en Deir Al Balah, con las últimas fuerzas terroristas que le quedan y rodeado de rehenes israelíes como escudo humano.
Por su heroísmo ancestral, nunca más los judíos serán humillados, perseguidos, encerrados en un campo de concentración y acarreados como corderos al matadero. Israel ya no es más ese cordero, ahora se levanta como un león. Un león cuyo rugido se siente y hace temblar a los racistas en los confines del mundo. Y a pesar de la incomprensión del mundo “el pueblo de Israel vive”. Am Israel Jai.