José Honorio Leborgne

Luis Hierro López | Montevideo
@|Me ha provocado un gran dolor la noticia del fallecimiento del Dr. José Honorio Leborgne, de quien fui amigo, vecino, paciente y admirador.

Dando continuidad a una prestigiosa tradición familiar, se especializó en radiodiagnóstico y radioterapia y junto a su hermano Félix dirigió por décadas una de las más prestigiosas clínicas de la especialidad. Durante muchos años viví en la calle Canelones al lado de esa clínica, por lo que era frecuente que nos encontráramos para intercambiar algunos comentarios, o que fuéramos a tomar un café al ya desaparecido bar de San José y Cuareim.

Había logrado una posición internacional de renombre por ser miembro de múltiples academias científicas internacionales e indudable punto de referencia en su materia. Pero ni su fama, ni su notable elegancia al vestir, doblegaron su calidad en el trato ni su sencillez y dedicación para dedicarse a sus pacientes, quienes lo respetaban y adoraban. Trabajó durante 50 años en el Hospital Pereira Rossell, muchas veces en forma honoraria porque tenía una gran vocación por el servicio al público.

Cuando asumió el Dr. Tabaré Vázquez su primera presidencia y en un procedimiento polémico, destituyó al Dr. Leborgne de la dirección del servicio de radioterapia del Pereira Rossell, provocando una compleja situación que por lo menos pudo haber demostrado un conflicto de intereses, ya que la clínica privada del Dr. Vázquez era competidora de la clínica Leborgne, pero como fue uno de los primeros actos de un presidente que recién inauguraba su mandato, el asunto quedó semioculto, aprovechando la luna de miel del primer gobierno frenteamplista.

José Honorio Leborgne fue – como lo recuerda su colega Antonio Turnes – “un auténtico caballero, que prodigó su sabiduría con generosidad a cientos de colegas que le refirieron sus pacientes que se beneficiaron con su sagacidad clínica”. Desarrolló múltiples áreas de investigación, con publicaciones nacionales y en el extranjero, así como era frecuente su participación en congresos internacionales, dando conferencias magistrales.

Por ello, el Sindicato Médico del Uruguay le confirió en agosto de 2004 la Distinción Sindical al mérito en el ejercicio profesional.

Fue un gran médico y un ilustre ciudadano y el país debe recordarlo con gratitud.