Roberto Alfonso Azcona | Montevideo
@|La vida es un derecho, no una obligación.
Cuando la agonía se vuelve irreversible, el derecho a decidir sobre el propio final es un acto de dignidad, no de desesperación. La eutanasia no promueve la muerte, reivindica la libertad humana hasta el último instante.
Nadie debe imponerle a otro el deber de sufrir. La libertad también se defiende en el final del camino.