@|Declaración ciudadana en favor de la paz y los derechos humanos.
Hoy, 24 de marzo, se cumple un mes al día en que las tropas de la Federación de Rusia invadieron la República de Ucrania.
Esta situación significó el atropello de los derechos de una Nación soberana, integrante del Sistema de Naciones Unidas y el comienzo de una sistemática violación a los Derechos Humanos al conjunto de la población que habita ese país. Ello es dramáticamente constatable en el bombardeo de la población civil, la negación del derecho internacional humanitario y el ataque a ciudadanos en busca de refugio. A esto se le suma, dentro del territorio ruso, la represión sistemática por parte del gobierno de ese país, de toda protesta ante la guerra.
Los arriba firmantes, apoyados en la historia democrática y humanista de nuestro país, manifestamos el más absoluto rechazo a esta acción militar, violatoria del Derecho Internacional y de clara agresión a una Nación soberana e independiente.
Hasta el día de hoy, la muerte de miles de seres humanos (población civil y militar), la existencia de cientos de miles de heridos y de más de tres millones de refugiados, configura una tragedia que afecta a la zona en conflicto, pero también al conjunto del planeta, con una posible escalada bélica que puede tener consecuencias inimaginables.
Nuestro país es una República apegada al Derecho Internacional. Somos una democracia que se funda en el respeto a la integridad territorial y la independencia de todas las naciones del mundo. Es momento de reafirmar la apuesta por una paz que implique el retiro inmediato de las tropas ocupantes, la reparación de las infraestructuras civiles dañadas, el retorno de los refugiados y la construcción de acuerdos internacionales basados en el respeto a la soberanía de las naciones, el Derecho Internacional y los Derechos Humanos.
Asimismo, estamos convencidos que la defensa de estos Derechos es un principio que trasciende las ideologías políticas, las posturas filosóficas, los sectores gremiales, las confesiones religiosas o los campos profesionales y alentamos a todos los actores sociales a condenar siempre su vulneración. Esto se reafirma en esta agresión a Ucrania, donde el daño de la invasión es de extrema magnitud y evidente constatación y también se extiende a cualquier otro tipo de agresión a pueblos y Estados, en todo tiempo y lugar.
La construcción de la paz y el respeto a la autoderminación de los pueblos no tienen divisa, son en sí mismos, la divisa.
Apostamos a sostener la atención sobre el conflicto y sensibilizarnos con las víctimas, a la vez que declaramos que la educación en derechos humanos es una herramienta fundamental para la convivencia pacífica y democrática, en nuestro país y en todos los lugares del planeta.