Punch” fue una Revista británica satírica que se publicó en forma ininterrumpida durante ciento cincuenta años, entre 1841 y 1992.
Su larga existencia es prueba de que fue un éxito. Costaba tres centavos y la leían, entre otros, la Reina Victoria, el Príncipe Alberto, los escritores Ralph Waldo Emerson y Herman Melville, el filósofo Thomas Carlyle y la poetisa Emily Dickinson.
Legó la clásica y estupenda definición de lo que significa ser un verdadero deportista, publicada en 1850:
“Sportsman es aquel que no solo ha vigorizado sus músculos y desarrollado su resistencia por el ejercicio de algún deporte, sino que, en la práctica de ese ejercicio, aprendió a reprimir su cólera, a ser tolerante con sus compañeros, a no aprovecharse de una vil ventaja, a sentir profundamente como una deshonra la mera sospecha de una trampa y a llevar con altura un semblante alegre bajo el desencanto de un revés”.
Viene a colación esta cita ante lo que viene sucediendo en nuestro principal deporte, el fútbol (más fuera de las canchas que dentro de ellas).
Él mismo se paralizó el fin de semana pasado por las amenazas a jugadores del club Villa Española que se sumó a la violencia de la semana anterior en el partido entre Cerro y La Luz.
Hace unos meses se celebraron elecciones en la Confederación del Este de OFI y surgieron denuncias de irregularidades en varias votaciones.
En las últimas elecciones del gremio de futbolistas, la Mutual Uruguaya de Futbolers Profesionales, también se habló de amenazas que, por falta de pruebas, no se denunciaron.
Cuando estuve en la Comisión Normalizadora de AUF logramos que los 16 clubes profesionales de primera división, los de la segunda división profesional, los de la División Amateur y la OFI votaran por unanimidad el nuevo Estatuto.
Algunas instituciones realizaron una acción ante el Tribunal Arbitral Superior (TAS) cuestionando el trabajo que hicimos. El planteo de esos clubes fue rechazado en tres instancias lo que ratificó la legalidad de lo actuado. Además la reforma fue aprobada por el Ministerio de Educación y Cultura sin que nadie la objetara.
Recuerdo un incidente que vivimos cuando los clubes de la División Amateur se aprestaban a definir su voto en la elección a Presidente (tenían en total seis). Estábamos con Armando Castaigdebat, compañero de la Comisión, trabajando en el edificio de AUF.
Cuatro presidentes que tenían que votar nos señalaron que no iban a ir a la Asamblea “porque había mucha gente “pesada” en el corredor que llevaba a la Sala”.
Decidimos acompañarlos, entendiendo que nuestra presencia sería disuasoria dado el cargo que ostentábamos.
Pasamos con ellos entre treinta o cuarenta personas. Eran parciales de clubes que no eran delegados y nos miraban con cara de pocos amigos. Les solicitamos que se retiraran. Después de reiterar el pedido un par de veces, lo hicieron.
Esta semana, desde la gremial de jugadores, se señaló la influencia que puede estar teniendo la próxima negociación de derechos televisivos en estos hechos. Lo hicieron, según leí, sin nombrar a nadie en particular. Citaron la importancia que van a tener los votos de clubes, jugadores, OFI, etc en la próxima elección del Comité Ejecutivo de AUF. Este tendrá que dirigir las negociaciones de venta de los derechos de televisión.
No me consta si esto influye o no.
Lo que si no existen dudas es que esos derechos son vitales para las empobrecidas economías de los clubes. En la amplia mayoría de los países es uno de los ingresos más importantes. Los clubes uruguayos perciben mucho menos que los de otros países de la región y el mundo. Menos aún de los de tamaño similar en su mercado.
La historia de los derechos comerciales del fútbol ha sido polémica. Por ejemplo, en el inicio de la venta de los derechos de televisión se presentaron dos ofertas. Una por ochenta millones de dólares y otra por cincuenta. Se optó por la segunda que era treinta millones de dólares menor. Sólo tres clubes votaron a favor de recibir más dinero (Nacional, Liverpool y Danubio).
Más cerca en el tiempo sucedió algo parecido con la venta de la camiseta del seleccionado. Se presentaron dos ofertas. La primera ofrecía tres millones y medio de dólares. La segunda veintitrés millones y medio.
Resultó vencedora la de veintitrés y medio. Pero lo hizo por diez votos a nueve. ¡Nueve clubes no votaron a favor de que la AUF reciba veinte millones de dólares más! El asunto se definió con el voto del delegado de OFI. Un maragato que dijo “voto a favor porque en San José veintitrés son más que tres”.
El fútbol es un cóctel con componentes que lo hacen complicado. Pasión, lucha política por el poder, negocios por mucho dinero y notoriedad pública.
Si a eso le agregamos violencia puede ser explosivo.
Recordemos la definición de Punch y seamos todos verdaderos Sportsman.
Debieran buscarse puntos de coincidencia y no diferencias. Todos los que están en el fútbol deben querer generar más recursos y coincidirán que no sólo en San José veintitrés son mas que tres.