La “letrilla satírica” es una composición poética. Se divide en estrofas. Al final de cada una se repite, como estribillo, un concepto.
Francisco de Quevedo compuso allá por 1605 “Poderoso caballero es don Dinero”, una de las más famosas.
Trata sobre el poder que da el dinero como puede verse en su primera estrofa:
“Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado,
de continuo anda amarillo.
Que pues doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero,
es don Dinero.”
Don Dinero está presente hoy en nuestro querido fútbol uruguayo. Intenta hacer cuanto quiere.
Este es un año fundamental para el balompié local. Como lo fue aquel en que se recuperaron los derechos comerciales de la Selección Nacional.
Luego de ello la celeste dejó atrás los tiempos en que no clasificaba a las Copas del Mundo, como ocurrió en Argentina 78, España 82, EEUU 94, Francia 98 y Alemania 2006.
Desde entonces no faltamos a la cita máxima con destacadas actuaciones en Sudáfrica 2010 y Rusia 2018.
Los jugadores orientales brillan en los principales equipos del mundo. En el Real y Atlético de Madrid, Barcelona, Tottenham o Napoli.
En contraposición la liga local no atrae. Los resultados internacionales de nuestros clubes son pobres. Hace treinta y siete años que un equipo uruguayo no es campeón de América.
Salvo los grandes, los demás convocan poco, hay canchas y vestuarios que suelen carecer de lo básico y el torneo resulta poco atractivo. Muchos clubes están endeudados y dependen de transferencias para subsistir.
El motivo es conocido. El poderoso caballero al que le escribió Quevedo escasea.
La irrupción del dinero de la televisión trajo una desventaja para los equipos orientales.
Los nuestros no reciben por derechos de tv del torneo local lo que perciben otros clubes del continente.
La empresa que posee los mismos paga mucho menos de lo que se abona en otras ligas.
El resultado es clubes uruguayos pobres y empresarios ricos.
Un informe publicado en el semanario Búsqueda reveló que la empresa Tenfield recibe de DirecTv quince millones de dólares por año por la transmisión del fútbol. DirecTv tiene el treinta por ciento de los abonados.
Una sencilla regla de tres y agregar el otro setenta por ciento lleva a que Tenfield percibe solo por abonados cincuenta millones de dólares al año. A ello suma las ventas de publicidad que tiene en exclusiva y los derechos para el exterior.
Vende por más de cincuenta millones de dólares y paga a los clubes locales quince.
Por ello Peñarol no puede retener un delantero que se va a Chile o un equipo de Brasil compra un jugador titular de Nacional para ser suplente.
Este año se puede cambiar esto.
El contrato de televisión del fútbol local llega a su fin. El nuevo Estatuto de la AUF impone en forma obligatoria la realización de un llamado público para la venta de los derechos.
Las bases deben ser realizadas por el Comité Ejecutivo donde hay representantes neutrales, de clubes profesionales, fútbol del interior, jugadores y entrenadores.
Si se quiere hacer un contrato sin llamado o prorrogar el actual se debe modificar el Estatuto. Esto requiere dos tercios de los votos en el Congreso lo que es una garantía.
Las experiencias pasadas no fueron buenas.
La primera venta de derechos de televisión fue adjudicada a la actual permisaria pese a que otra ofreció treinta millones de dólares más.
Hace no mucho nueve clubes votaron para que AUF reciba tres millones de dólares y no veintitrés por la indumentaria del seleccionado. Quien ofrecía los tres millones era la misma empresa de tv.
Se mezclan intereses e injerencias que provocan dudas.
Varios clubes recibieron adelantos de dinero de Tenfield. Otros realizan negocios de transferencia de jugadores con ella, sus propietarios o empresas vinculadas.
Muchos periodistas trabajan para la empresa en sus transmisiones y programas. El ser empleados de ella no parece influir en sus opiniones por suerte.
Tenfield busca renovar el contrato que vence por montos muy por debajo de su valor.
Si vende por más de 50 millones de dólares debería pagar no menos de cuarenta y cinco. Eso multiplicaría por tres lo que reciben hoy los clubes.
Algunos se oponen al proceso público y competitivo al que obliga el Estatuto de AUF. Corresponde realizarlo. Si no hay oferentes será la AUF quien, como en muchos países, produzca y venda la señal.
Los habrá con esos márgenes.
Luego de recuperar los derechos de tv la celeste volvió a ser respetada y compite de igual a igual en las copas mundiales. El fútbol local tiene la gran oportunidad de imitarla y aumentar sus ingresos.
Aunque aparezca el poderoso caballero de la letrilla satírica de Quevedo.
Si viviera y fuera futbolero don Francisco agregaría esta estrofa a su don Dinero:
“De goles nace el esfuerzo,
y al juego honra la memoria;
que hombres nobles del fútbol
no vendan su propia gloria.
Que no borren su victoria,
por trato vil y ligero;
no se postren al primero:
¡Poderoso caballero,
no seas el derrotero!”