¡Peligro! Campo minado

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martín aguirre
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Tiempos extraños para opinar en Uruguay. El clima exasperado, la literalidad absoluta, la hipersensibilidad de “colectivos”... Encima cuando uno escribe algo, quien recibe el mensaje lo interpreta de maneras cada vez más impredecibles.

Al lector le habrá pasado en la pandemia, con aquel inocente whatsapp laboral, que termina detonando una bomba gratuita.

La semana pasada escribimos sobre la “Operación Océano”, tema tan sensible que pasamos la pieza por 20 filtros previos, algo que sin dudas dañó su resultado final. Sin embargo, algún lector amigo pensó que una pregunta más bien filosófica, en el sentido de cómo un tipo educado, profesional, pagaba por sexo a alguien que podía ser su nieta, buscaba desacreditar el caso en el entendido de que eso era imposible. Mínimo, de Mengele para acá sabemos que un título no es garantía moral de nada.

Pero igual, vamos por la revancha. Porque esta semana ocurrieron algunos temas dignos de generar explosión. Por ejemplo, tuvimos el salto a la fama del fiscal Iglesias. El hombre llegó a una nueva oficina y vio que tenía 900 casos de abuso sexual en carpeta, algo imposible de gestionar. Analizó que unos 300 no avanzaban hacía meses, o años, y archivó. Cosa casi sin efecto práctico, porque se pueden reabrir si pasa algo.

¡Boom!. Los “colectivos” protestaron, los periodistas justicieros se indignaron, el propio fiscal agitó la mezcla con un alto perfil mediático, y el Fiscal de Corte acercó la brasa, ordenando una investigación interna que es una amenaza directa a la independencia técnica de su subalterno.

A riesgo de que algún amigo de La Diaria nos acuse de antidemocráticos (de nuevo) esto deja expuesta una realidad grave: el país tiene un problema en Fiscalía de Corte. Gómez parece muy buen tipo, deja la vida trabajando, pero está desbordado y no tiene perfil para un cargo, más político que técnico. Pero como los partidos no se ponen de acuerdo para designar un nuevo titular, el hombre sigue ahí, pidiendo agua por señas, y haciendo equilibrios imposibles. Un día va a tener un problema de salud, y ¿qué hacemos?

Otro tema. El presidente Lacalle Pou visitó Gran Bretaña buscando un acuerdo comercial. Allí concedió una entrevista al programa HardTalk de la BBC, un clásico del periodismo británico, que como su nombre lo aclara, implica preguntas duras. El programa generó revuelo en Uruguay. Tal vez porque logra lo que parece imposible en estas costas, ser agudo sin ser ordinario. Tal vez porque a Lacalle Pou, que en general estuvo muy bien, se lo vio padecer con el idioma para responder con altura a la pregunta ineludible sobre el ranking de Reporteros sin Fronteras, ese que dice que es más seguro ser periodista en Costa de Marfil que en Uruguay. La cuestión explosiva sigue siendo quién pudo ser tan frívolo e inescrupuloso como para decirle a RSF que en un año donde no pasó nada en la materia, Uruguay podía caer 20 lugares en ese índice. Que si tiene este mismo problemita con sus fuentes en otro países, va camino a seguir el destino del “Doing Business”del BM.

Como nos sentimos fuertes tras superar el covid, vamos a patear un tercer panal. Resulta que tras un extraño episodio, en el que la policía habría evitado que seguidores de Peñarol ingresaran a un partido con cartelería sobre desaparecidos, según denunció el presidente Ruglio, hombre “de origen obrero y popular”, la hinchada duplicó la apuesta. En un partido de basquet del mismo cuadro, hubo una operación muy bien organizada por la que los fanáticos mostraron al unísono fotos de desaparecidos en la dictadura.

A ver... mezclar fútbol y política de esta forma nunca es bueno. Es como si el contador Damiani hubiera usado a Peñarol en sus años dorados para impulsar sus posturas partidarias. ¿O alguien en Uruguay desconoce que, lamentablemente, la causa de los desaparecidos se ha partidizado? Como prueba... si lo que pasó con los tribunales de honor militares en el gobierno Vázquez hubiera pasado ahora, qué diferente hubieran sido algunas reacciones...

Pero, además, ¿cómo se sienten los familiares de desaparecidos de que la barra de Peñarol se convierta en su nuevo adalid público? Muchachos con una sensibilidad muy marcada por los temas de derechos humanos, claro.

No se ría, no se ría. ¡Que lo que viene para el final es lo mejor! Resulta que el Partido Comunista hizo un análisis de los 15 años de gobiernos del FA, y concluyó que se perdió porque Astori no los dejó gastar más en las empresas públicas. ¡Sí, como lo oye! Ancap, la regasificadora, los contratos millonarios para energía eólica, Alur, 5% de déficit fiscal, el BPS en rojo, la economía planchada, los impuestos rampantes... Todo se arreglaba gastando más. Y no hablamos de 4 loquitos. Hoy el PCU es la fuerza mayor dentro del FA.

Es para tomarlo para la risa, o que explote todo por los aires de una buena vez.

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