Palabras con "p"

MarÍa Julia Pou

No se asuste el lector. No vamos en la dirección que señalara Quino en su tira "Mafalda" cuando la maestra pregunta a Manolito que diera un ejemplo de palabras que empezaran con "p". En el cuadro siguiente esa pequeña filosofa de pelo enrulado y principal protagonista, mirando hacia el cielo, dice "la va a decir". Manolito dice "¡política!" y concluye Mafalda: "!la dijo!" Mala prensa tienen la "p" pues varias palabras de no muy buena fama comienzan con dicha letra. Todo lo "público" es malo para algunos, y para otros lo es lo "privado". Ni que decir de "privatizar"; por otro lado "progresista" despierta similares erizamientos intelectuales. Pero vayamos al tema que jocosamente introdujimos pero que apenas el lector lo incorpore a su razonamiento verá que "p + p", o, sea público más privado puede dar un resultado muy bueno para toda la sociedad.

Dos vertientes dividen la actuación de "p + p" en la sociedad moderna. Por un lado "p + p" en la ejecución de políticas antes reservadas exclusivamente al estado es la manera con que se ha conseguido sortear la lentitud del Estado.

Paradojalmente, ha sido el gobierno del FA presidido por el Dr. Vázquez el gran promotor de este tipo de asociación, siendo el actual un fiel seguidor de dicho camino.

Dos campos elegimos para argumentar a favor del complemento de lo privado con lo público, en los que está totalmente ausente el afán de lucro, la ganancia o los dividendos. La rehabilitación del menor infractor y el sacar a los muchachos de la trampa mortal de la droga son la esencia de nuestro planteamiento.

En el caso del menor infractor, o dicho más francamente, de los menores que delinquen, hay por supuesto un componente sociológico que nadie puede ignorar, pero que no es obstativo de que se penen esas conductas, sino complementario. La eventual detención y privación de libertad de los mencionados menores no puede ni debe ser cumplida en establecimientos carcelarios sino en instituciones en los que más allá de las medidas disciplinarias se agregue a las mismas un componente esencial de la eventual recuperación por todos deseada que es el proporcionar a esos menores lo que quizás faltó durante su corta existencia, que es el amparo, el cariño que les permita volver a formarse como personas de provecho para si mismos y para toda la sociedad. No hablamos en abstracto, son muchas las entidades privadas motivadas por valores superiores -religiosas o no- que demuestra que en los entornos sociales más adversos ese algo más que agrega la acción de quienes quieren aportar los indicados valores a una persona, aún en formación, culminan con el éxito. Esto no implica desmerecer el esfuerzo de ningún funcionario ni de ninguna institución, sino agregar ese ingrediente intangible pero importante de rodear, de abrazar, de arropar a quienes no tuvieron señalamiento de valores ni ejemplo de su ejercicio en las etapas primeras de la vida, para de esa manera recuperar o rehabilitar a quienes nunca debemos dar por definitivamente perdidos.

No le tengamos miedo ni desconfianza a las palabras, las obras deben ser lo único que debemos interpretar.

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