Organizaciones de alta confiabilidad

Compartir esta noticia

Con la llegada de la inteligencia artificial generativa, Nicolás Jodal, reconocido empresario uruguayo de las tecnologías de la información, advierte que el valor de ciertos factores ha cambiado. Se pregunta qué factor es el que se vuelve abundante y cuál se vuelve escaso. Para Jodal la información y el conocimiento se vuelven abundantes y por lo tanto pierden valor, mientras que el factor que aumenta su valor por escasez es la confianza.

¿Qué tienen de parecido una planta nuclear, un portaaviones, un hospital, un banco de inversión o un fideicomiso ganadero que capta capital de terceros y devuelve un retorno sobre él? Son -o deberían ser- organizaciones de alta confiabilidad. La fiabilidad de una organización depende de que su rendimiento carezca de una variabilidad no buscada, impredecible e inexplicable. Valores como la transparencia, la excelencia y calidad en la ejecución son intrínsecos a estas organizaciones.

¿Por qué determinadas empresas que captan fondos para invertir en ganado deberían haber sido organizaciones de alta confiabilidad y no lo son? No expresan cuáles son sus valores. Hay expresiones de unos de sus socios, pero son a nivel personal, no son corporativos. En uno de los casos el balance contable presentado en 2022 a la Auditoría General de la Nación, disponible al público, no guarda relación con la información que ha suscitado las recientes denuncias penales. El Balance entregado muestra un resultado patrimonial de 190 millones de pesos -4 millones 300 mil dólares aproximadamente- y un pasivo de 52 millones de pesos -1 millón cien mil dólares-. Tiene características claras de estafa.

Tampoco son empresas confiables porque limitan el acceso de sus clientes a un conocimiento completo del producto. La educación financiera es un debe en el sistema. Las organizaciones pueden aprovecharse o atacar el problema. Lo primero les da resultados insostenibles en el tiempo. Lo segundo les puede dar réditos que trascienden generaciones. Proporcionar información completa y satisfacer a sus socios y clientes, evitando simplificaciones, es un deber casi moral.

No es confiable porque no saben lidiar con las crisis. Sus modelos de negocio no están alineados. Por un lado, sus propuestas son de una tasa fija de retorno de la inversión en un negocio que se mueve en un entorno cambiante. Las organizaciones no desarrollaron una cultura para momentos cambiantes. La capacidad de lidiar con una situación de crisis depende en gran medida de las estructuras que se han desarrollado antes de que llegue el caos.

La situación patrimonial y su incapacidad de cumplir con sus obligaciones puede considerarse de alguna manera como una auditoría abrupta y brutal: en cualquier momento, todo lo que no se preparó se convierte en un problema complejo y cada debilidad aparece en la superficie.

La principal debilidad de estas empresas es la falta de confiabilidad, aunque ella estaba oculta detrás de un aparente prestigio construido aprovechándose de algunos sesgos cognitivos comunes en las personas. Esa falta de confiabilidad es lo que hace que las empresas hoy tengan una valorización negativa y que como en un hospital, cuando hay fallas, los resultados y el impacto superan a un mal resultado financiero aislado.

El daño trasciende a los damnificados.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premium

Te puede interesar