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Mentiras edulcoradas

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Otra vez el Pit-Cnt se lanza, ejerciendo su poder para presionar, buscando se modifique la Constitución, metiéndole una serie de temas que no le son propios y que después se tornan en una piedra de molino atada al cogote del país.

El PIT persigue un par de cosas pero, creyendo que engrupe a la gilada, las entrevera con una lista de caramelos surtidos. El grueso de la propuesta es un rosario de voluntarismos, la mayoría de ellos ya incluidos en nuestro ordenamiento jurídico: universalidad, solidaridad, participación social, protección de la maternidad, a los accidentes, a las enfermedades,… bla, bla.

Los verdaderos cangrejos debajo de tanta piedra son dos: rebajar la edad de jubilación a 60 años y eliminar las Afaps y el ahorro previsional.

Habría un tercero, bastante extraño: por la Disposición Transitoria V, se destruye el acuerdo negociado para salvar la Caja Bancaria, (con razón AEBU está caliente) y se inviabiliza llegar a soluciones para las Cajas Profesional y la Militar. Ojo, que lo demás sea falluto no significa que también sea gratis. La explosión de sensibilidad exhibida por el PIT con esta iniciativa pasará a aumentar una de tres cosas, (si no las tres): la carga tributaria que soportamos, la deuda pública que pasamos a nuestros hijos y nietos y la inflación. Por lo general terminamos con un mix de todos.

Pero vayamos a los cangrejos:

1.- Rebajar la edad a 60:

El PIT lo pone como un derecho. Obvio. Pero omite decir que todo derecho implica un deber. En este caso, la iniciativa producirá un aumento del costo ínsito en el deber que se le genera a la sociedad de pagar el mayor gasto por incremento en el número de jubilados y los años de jubilaciones. El PIT sabe muy bien que la ecuación de la seguridad social en Uruguay es pésima: cada vez más pasivos, que vivimos más, bancados por cada vez menos activos, (baja natalidad), que deben soportar mayores costos para ser empleados. Todo lo cual derrama sobre una carga tributaria total absolutamente desproporcionada a la capacidad productiva del país y a los servicios que el Estado presta a cambio. Quienes aún están lejos de los 60 y aquellos ya jubilados, deberían ser conscientes que van a cargar con una parte del costo de este “derecho”.

2.- El otro blanco al que apunta el PIT es doble: matar las Afaps y matar el derecho al ahorro previsional.

Empecemos por esto último: hoy el trabajador tiene derecho a que una parte de los aportes sea conservada en cuentas de ahorro. Nadie lo obliga, es un derecho. Mi derecho. ¿Por qué me lo van a quitar? ¿Con qué fundamento? ¿Con qué autoridad? No es, ni más ni menos, que una confiscación.

Mostrando que es consciente de la barbaridad que pretende, el PIT incluye un artículo final en su propuesta que busca consagrar el despojo: “…esta reforma no generará indemnización por lucro cesante a las Afaps”. Mayor confesión del delito que se comete no puede haber. Pero, el PIT omite extender la misma licencia para robar al caso de las personas que hoy ahorran para su jubilación y confían sus ahorros a una Afap: perderán sus derechos, sin compensación alguna. Sus ahorros irán a la fuerza, a un fideicomiso, pésimamente estructurado (¡en la Constitución!), cuyo fideicomitente será el BPS, (no sé cómo porque no es el dueño de los dineros). Además, no se dice ni quién será el fiduciario, ni cómo se determina el derecho de los beneficiarios, (no mencionados en el proyecto). Aquí hay un nudo jurídico que se comieron: ¿con qué instrumento jurídico pasarán mis ahorros sin mi consentimiento al BPS para que pueda hacer de fideicomitente en este invento?

2.- Despojo y muerte de las Afaps:

La propuesta tiene primero un introito, falluto, que declara: la “Seguridad Social es un Derecho Humano Fundamental no susceptible de lucro”.

Habría que saber cuál es el contenido del bien jurídico “seguridad social”. ¿Se define estrictamente como aquello de lo que se ocupa el BPS o, siguiendo la lógica de la propuesta, pasan a ser “derechos humanos fundamentales” (incontaminados de lucro), la maternidad, el accidente, la enfermedad, la invalidez y todo lo demás incluido en el art 67 propuesto? O sea, no se puede más cobrar por la atención a ninguno de los derecho incluidos en la cornucopia pitcntista.

Ahora detengámonos un momento en esta moral “pítica” que declara pecado al lucro: Fernando Pereira, por ej., ¿de qué vive? No de su trabajo, obvio, ya que no lo ejerce desde hace años. Todo bien. ¿Y quién lo mantiene? Obviamente alguien que, por lucrar, tiene recursos sobrantes para hacerlo. O sea, el Sr. Pereira vive del lucro. ¡Horror! Lo mismo, claro, ocurre con el Sr. Abdala, abanderado de esta cruzada y con el Pit-Cnt, que está rico por el producido del lucro que significan los aportes que recibe. Está más rico que su ahijado, el FA, lo que explica por qué lo lleva a los ponchazos.

Vayamos a la destrucción de las Afaps. La propuesta consagra el monopolio del Estado en la gestión de la seguridad social, (cuya extensión no se determina) y, por si no entendiste, decreta la prohibición de “los sistemas de ahorro individual con destino jubilatorio”. Por si todavía no quedara claro, se ordena que las Afaps “… deberán cerrar” dentro de determinado plazo.

No me he puesto a estudiar a fondo cuál será el mecanismo y la magnitud del resarcimiento al que tamaña barbaridad jurídica dará lugar, pero el sentido común indica que no podrá quedar impune. Va a pasar lo mismo que en la Argentina por la genialidad de estatizar YPF.

Por último, ¿cómo queda el Uruguay, que tanto insiste en su virtud como paraíso de estabilidad jurídica?

Esto también va a la Cuenta del Otario, (o sea nosotros).

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