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Más Nacional que Partido

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Fernanda Sfeir
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El Partido Nacional atraviesa uno de los momentos más importantes de su historia. En los próximos 4 años, nos jugamos la suerte de nuestro destino.

Pensarlo, fortalecerlo, y convertirlo en una fuerza política viva debe ser prioridad para su militancia pero también para su dirigencia, quienes cargan sobre sus hombros con la responsabilidad moral y la honestidad intelectual de estar a la altura de llevar las riendas de nuestra colectividad. Ser el partido que encabeza el gobierno, implica entre otras cosas que nuestros principales cuadros y figuras políticas ocupen lugares de responsabilidad. Cobra vital importancia el no desatender la herramienta, la cual naturalmente comienza a descuidarse, a “vaciarse”.

Es clave recordar el pedido que nos hizo el Presidente antes de asumir como tal; el Partido de gobierno debe ser el fiscalizador de sus propios compañeros, sin perder la objetividad y ejercitando la autocrítica. Esta visión, debería ser una visión Partido, estando o no en el gobierno. El rendirle cuentas como hombres y mujeres de partido al mismo, es la única manera de apuntar a la excelencia que el país se merece.

Una colectividad viva necesita de un partido que genere, que proponga a su gobierno, siendo nexo con las realidades del país, pero también tiene mucho de intercambio. ¿Desde cuándo la discusión fraterna no es cosa de Blancos?

No creo que no haya cosas para debatir, al contrario, el Partido tiene mucho para conversar sin perder de vista que somos una construcción multigeneracional. Las nuevas generaciones queremos dar el debate sobre las bases ideológicas del partido, su futuro, su conducción; hablemos de contenido.

No hace falta revisar mucho, para saber que nuestro partido necesita diversas corrientes y visiones sobre determinados temas. La historia nos indica que cuando las corrientes se debilitan predominando avasallantemente una de ellas, el partido se achica y es justamente todo lo contrario a lo que buscamos, en cuatro años debemos ser más representativos aún.

Muchas Blancas y Blancos trabajamos para la reestructura de un sector que siempre tuvo su identidad, debemos sentar sus bases ideológicas claramente identificables a lo largo de la historia y dejar de definirnos en base a. Es momento de dejar de lado los egos personales, el Partido lo necesita y no tengan dudas, lo vamos a construir.

La instalación de un nuevo Directorio, representativo, de peso político y de renovación de cuadros, pensando en el partido de mañana, jugará un rol fundamental en la reestructura que necesitamos.

Los cambios que se puedan dar en la dinámica estrictamente política no bastarán si la orgánica no logra nutrirse de la más amplia diversidad. Debemos apuntar a dinamizar los espacios que naturalmente desafían al repensarse y expandirse como lo son la juventud, esencialmente proactiva y rebelde, así como la Secretaría de Asuntos Sociales, a la cual es inminente asignarle el protagonismo que merece en el Partido Nacional que se viene.

La Secretaría de Asuntos Sociales supo reunir a gremialistas, sindicalistas y representantes de la sociedad civil organizada. No es novedad que supimos tener un desacople cultural y popular, sobre todo en el ámbito urbano, pero esto no es responsabilidad de nadie más que de nosotros mismos. El fortalecimiento de nuestra Comunidad Espiritual será siempre el objetivo. Un partido Nacional que no logra sintetizar las demandas de cada sector de la sociedad, cada día es más Partido y menos Nacional.

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