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Los socios chicos

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En estas semanas empezaron a definirse algunas precandidaturas para el Partido Colorado. Las renuncias a sus cargos de Robert Silva y Gabriel Gurméndez, fueron el puntapié inicial a esa campaña. Andrés Ojeda, a su vez, también anunció que se lanzaba.

El interés que genera esta movida está vinculado a cómo se acomodarán hacia el futuro dos socios claves de la Coalición Republicana: el Partido Colorado y el Partido Independiente.

Comparados con el Partido Nacional, su caudal de votos es menor y las perspectivas hacia el futuro cercano no indican un crecimiento tal que desplacen a los blancos de ese primer lugar.

Aun así, ambos mostraron ser pilares firmes en la coalición y si esta pretende volver al gobierno con la elección de 2024, el desempeño de los socios chicos es fundamental.

Es difícil imaginar a un Partido Independiente desplegando numerosos candidatos presidenciales para las primarias. Como es habitual, habrá un único candidato y este será Pablo Mieres. La fuerza de este partido no está en cuántos precandidatos necesita para atraer desde distintos flancos internos (como sí ocurriría con los colorados), sino en su credibilidad y solidez como partido. Cuenta con dos fuertes activos. El rol jugado en el gobierno desde el Ministerio de Trabajo y la clara lealtad que ha mostrado hacia la coalición.

Si el electorado valora esas dos realidades a la hora de votar, todo indicaría que el Partido Independiente debería crecer. Ello sería bueno, además, para la salud y fortaleza de la Coalición.

Es innegable que Pablo Mieres jugó un rol muy positivo desde su ministerio. Activo, sobrio, buen negociador, prudente, considerado y firme a la vez, está entre los ministros mejor evaluados de este gobierno. Los pocos votos obtenidos en 2019 impidieron que tuviera una presencia notoria en el Parlamento (solo un diputado, Iván Posadas), pero sí tiene una docena de su mejor gente ocupando cargos claves en el gobierno.

Por mencionar solo algunos: Daniel Radío al frente de la Secretaría Nacional de Drogas; Mónica Bottero, directora del Instituto Nacional de Mujeres; Gerardo Sotelo, director del Servicio de Comunicación Audiovisual; Álvaro Ahunchain, coordinador del Instituto Nacional de Artes Escénicas; Conrado Ramos, director de la Oficina Nacional de Servicio Civil; Javier Lasida, presidente del Instituto Nacional de Evaluación Educativa.

Hace poco fui invitado a presenciar un panel en el que expertos del Partido Independiente hablaron sobre temas relacionados al agro, a la política exterior, a la energía y el agua. Más allá de la solvencia de los expositores, me llamó la atención el énfasis puesto en señalar que sus aportes eran insumos no solo para su partido, sino para la coalición. No creo que ni los blancos, mayoritarios en la coalición, muestren tal compromiso.

Al partido Colorado le costó recuperarse de la derrota de 2004. Sin embargo, por tradición política, cultura cívica y solvencia, es el otro gran pilar de la coalición y sería saludable verlo crecer en la próxima elección. Su estrategia parece bien encaminada: presentarán varias candidaturas que atraigan a diferentes sectores y en ese competencia generar una mística colectiva que invite a votarlo. Por un lado, está Robert Silva que fue presidente de la ANEP y decidido promotor de la transformación educativa. Por otro, están Gabriel Gurméndez, presidente de una innovadora Antel, y Andrés Ojeda, el más joven, candidato suplente a la Intendencia y con presencia desde su actividad profesional. A ellos habría que sumar, si el proceso se termina de confirmar, a Tabaré Viera, Gustavo Zubía y Guzmán Acosta y Lara.

Especular sobre lo que hará Pedro Bordaberry no tiene sentido. Estos precandidatos empezaron a moverse más allá de lo que decida. No pueden darse el lujo de esperar y perder terreno y tiempo.

Dos de ellos tuvieron relevante protagonismo en este gobierno. Cuentan con un buen capital. El otro, Ojeda, es un abogado joven y mediático, con presencia y carisma y si bien las encuestas no lo ponen en el primer lugar, será interesante ver cómo evolucionan una vez que se exponga al calor de la campaña y se hable de él.

No hago mención a Cabildo Abierto porque como el resto del país, no tengo idea en que está. ¿Seguirá en la coalición? Es difícil pensar que le vaya bien fuera de ella. ¿Ampliará, o al menos mantendrá, su electorado? Su errática trayectoria en estos años hace imposible pronosticar cómo le irá en el futuro.

Por eso, los otros tres socios deben pensar el futuro con prescindencia de lo que haga Cabildo Abierto. Si pueden contar con él en 2024, bien. Si no, todo recaerá sobre ellos y por lo tanto es importante que cada uno aumente su caudal de votos. Es crucial que los blancos crezcan, pero además que independientes y colorados se fortalezcan por cuanto como partidos de cultura política arraigada, siempre serán socios confiables e imprescindibles.

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